El misionero Felipe Gutiérrez, tras 61 años en misiones, regresa a la diócesis, ya con 88 años

Desde el 1 de julio, vive ya, como residencia fija, en la Casa Sacerdotal de Guadalajara el sacerdote diocesano Felipe Gutiérrez Esquiró, durante 61 años misionero, primero en Honduras, y después, desde 1957, en Chile,  sobre todo en Quillota. Trabajo en una como sacerdote obrero, durante diez años; en 1971, fue enviado a Puntarenas, extremo austral sur chileno y a la Antártida, por cinco veces.

Regresó a Quillota en el año 1992, donde fue párroco y capellán del hospital regional y capellán de hogares de ancianos, en esta etapa permaneció hasta el final de su ministerio del 30 de junio del 2017. Era el decano de los misioneros diocesanos y un sacerdote de extraordinaria valía, celo y piedad.

Felipe Gutiérrez nació en Cereceda el 13 de septiembre de 1929 y fue ordenado sacerdote, en Sigüenza, el 20 de junio de 1954. En la diócesis sirvió en parroquias de la zona de Cifuentes y Trillo.