Al compás del Sínodo diocesano (8): coherencia entre fe y vida

Guía para el trabajo sinodal en grupos del tema cuarto, sesión primera, del cuaderno primero, “Llamados”, de nuestro Sínodo de Sigüenza-Guadalajara

 

Por Jesús de las Heras Muela

(Periodista y sacerdote. Deán de la catedral de Sigüenza)

 

 

 

 

 

 

 

 

En el tema o bloque cuarto del cuaderno primero, “Llamados (Mirada hacia dentro)”, del Sínodo diocesano de Sigüenza-Guadalajara, queremos acercarnos a una realidad preocupante y creciente en nuestra Iglesia. Es lo que los últimos Papas, desde san Pablo VI, han definido como “uno de los grandes dramas contemporáneos”: la ruptura entre la vivencia de la fe y su verdadera práctica.

Lo que, en el argot popular, se conoce con la frase “Yo soy cristiano, pero no practicante” o “soy cristiano, pero por libre”. Dicho de otro modo, se trata de que sean las obras –“obras son amores”- las que avalen nuestra condición de cristianos.

En este bloque temático, no vamos a entrar propiamente en la cuestión de los alejados, sino en algunas praxis de cristianos, incluso a veces practicantes en el sentido más amplio de la palabra

Antes de desarrollar esta cuestión, recordemos como Jesucristo en el Evangelio fustiga continuamente a los fariseos por su falsedad e hipocresía, por su falta de coherencia entre la fe y la vida (Mateo 23,13-14; Mateo 23,15; Mateo 23,16-22; Mateo 23,23-24; Mateo 23,25-26; Mateo 23, 27-28; Mateo 23,29-36.) Y hemos elegido solo citas del evangelio de san Mateo por su condición de judío practicante y observante converso por Jesús y recaudador de impuestos y por el hecho de que el destinatario primero de su evangelio es precisamente el pueblo judío.

 

Los 10 Mandamientos, barómetro de la coherencia fe-vida

 

Para contribuir a aclarar conceptos e ideas al respecto, ofrecemos, en primer lugar, un elemental y concreto decálogo sobre lo que SÍ ES la coherencia entre la fe y la vida:

(1) Coherencia fe-vida significa intentar vivir y cumplir los diez mandamientos de la ley de Dios.

(2) Coherencia fe-vida significa de este modo sentir y practicar los tres primeros mandamientos de la ley de Dios, que supone amarle sobre todas las cosas, tributarle el respeto debido y rendirle de corazón y con asiduidad el culto que le corresponde.

(3) Coherencia fe-vida significa hacer vida la fe en nuestras relaciones familiares, basadas sobre el matrimonio entre un hombre y una mujer, y llevadas a la cotidianeidad con padres, hijos, hermanos, etc. Fomentar la piedad familiar y que nuestros hogares sean Iglesias domésticas, educar en la fe, vivir, gozar, sufrir y morir en ella. Apuntar a los hijos a la clase de Religión Católica y a la catequesis parroquial y a otras ofertas pastorales de la parroquia, comunidades y diócesis. Y, seguir el crecimiento de la fe en los hijos.

(4) Coherencia fe-vida significa una apuesta decidida e incuestionable en favor del don sagrado e inviolable de la vida desde su inicio hasta su ocaso natural. El cristiano ha de tener claras determinadas líneas rojas que la sociedad y culturas contemporáneas pretenden: aborto, eutanasia, contracepción no natural, etc.

(5) Coherencia fe-vida es también conocer, entender sus razones, respetar y vivir la moral sexual que nos propone la Iglesia.

(6) Coherencia fe-vida es asimismo es una opción incuestionable e imprescindible en favor de la justicia que se condensa y explicita en la Doctrina Social de la Iglesia. Además, practicar la justicia como expresión de la coherencia entre la fe y vida excluye el hurto, la corrupción, la ocultación y demás violaciones a las leyes sobre esta materia legítima y moralmente justas.

(7) Coherencia fe-vida se traduce igualmente en la observancia de corazón y de hechos del octavo mandamiento: “No dirás falsos testimonios, ni mentirás”. Y todo lo que ello engloba como la murmuración, la crítica, el chismorreo, etc.

(8) Coherencia fe-vida es el ejercicio de la caridad y de la misericordia, (“En esto sabrán que sois discípulos míos: en que os amáis unos a otros como yo os he amado”, Juan 13,34-35).

(9) Coherencia fe-vida es vivir la fe en, de, desde y con la Iglesia. Es sentir con la Iglesia.

(10) Coherencia vida-fe es practicar los sacramentos y nutrirnos de ellos. Es conocer, meditar, divulgar y orar la Palabra de Dios para que sacramentos, palabra y caridad vayan, poco a poco, haciéndose vida.

 

Lecturas de la Palabra de Dios

 

Escuchamos, en primer lugar, al apóstol Santiago en su carta, capítulo 2, versículos 14 a 20:

 

“¿De qué le sirve a uno, hermanos míos, decir que tiene fe, si no tiene obras? ¿Podrá acaso salvarlo esa fe? Si un hermano o una hermana andan desnudos y faltos del alimento diario y uno de vosotros les dice: «Id en paz, abrigaos y saciaos», pero no les da lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve? Así es también la fe: si no tiene obras, está muerta por dentro. Pero alguno dirá: «Tú tienes fe y yo tengo obras, muéstrame esa fe tuya sin las obras, y yo con mis obras te mostraré la fe». Tú crees que hay un solo Dios. Haces bien. Hasta los demonios lo creen y tiemblan. ¿Quieres enterarte, insensato, de que la fe sin las obras es inútil?”.

 

Y ahora, el conocido relato del encuentro entre Jesús y el joven rico, que encontramos en el evangelio de san Marcos, capítulo 10, versículos 17-31:

 

“Cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló ante él y le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?». 8Jesús le contestó: «¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre». Él replicó: «Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud». Jesús se quedó mirándolo, lo amó y le dijo: «Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dáselo a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego ven y sígueme». A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó triste porque era muy rico. Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: «¡Qué difícil les será entrar en el reino de Dios a los que tienen riquezas!». Los discípulos quedaron sorprendidos de estas palabras. Pero Jesús añadió: «Hijos, ¡qué difícil es entrar en el reino de Dios! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios». Ellos se espantaron y comentaban: «Entonces, ¿quién puede salvarse?». Jesús se les quedó mirando y les dijo: «Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo». Pedro se puso a decirle: «Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido». Jesús dijo: «En verdad os digo que no hay nadie que haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, que no reciba ahora, en este tiempo, cien veces más —casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones— y en la edad futura, vida eterna. Muchos primeros serán últimos, y muchos últimos primeros»”.

         

Papa San Pablo VI

 

El Papa San Pablo VI firmó con fecha 8 de diciembre de 1975 la exhortación apostólica “Evangelii nuntiandi” (EN), en castellano Anunciar el Evangelio, fruto del Sínodo de los obispos de 1974 sobre la evangelización.

         

“La ruptura entre Evangelio y cultura es sin duda alguna el drama de nuestro tiempo, como lo fue también en otras épocas. De ahí que hay que hacer todos los esfuerzos con vistas a una generosa evangelización de la cultura, o más exactamente de las culturas. Estas deben ser regeneradas por el encuentro con la Buena Nueva. Pero este encuentro no se llevará a cabo si la Buena Nueva no es proclamada”. (EN, n.20)

         

Papa Francisco

 

Su magisterio sobre la coherencia fe-vida lo vamos a sintetizar, en aras a la sencillez y a la claridad, en el siguiente decálogo de frases suyas:

 

1.-La Iglesia necesita santos de todos los días: los de la vida ordinaria llevada adelante con coherencia.

2.-El Señor nos invita a todos a vencer el rencor con la caridad y el perdón, viviendo la fe cristiana con coherencia y valentía.

3.-Jesús tenía autoridad porque lo que enseñaba era coherente con lo que hacía, con su vida. La autoridad se demuestra en esto: coherencia y testimonio.

4.-Como el Buen Samaritano, no nos avergoncemos de tocar las heridas de los que sufren; más aún, tratemos de curarlas con obras concretas de amor.

5.-En un mundo afectado por el virus de la indiferencia, las obras de misericordia son el mejor antídoto.

6.-Cumplir con alegría obras de caridad hacia los que sufren en el cuerpo y en el espíritu es el modo más auténtico de vivir el Evangelio.

7.-No hay amor sin obras de amor. La entrega al hermano brota del corazón que ama.

8.-La eucaristía nos fortalece para que demos frutos de obras buenas y vivamos como verdaderos cristianos.

9.-El amor es siempre dedicación a los demás. Porque el amor se ve en las obras, no en las palabras.

10.-Si el Señor te ha dado dones y riquezas es para hacer a otros, en su nombre, muchas obras buenas.

 

Preguntas y propuestas para el trabajo en grupos

 

Tras estos y otros materiales, y desde un clima explícito de escucha, diálogo y oración, nuestro cuaderno sinodal 1, tema 4, sesión 1, formula, para el trabajo de los grupos, tres preguntas, cuyas respuestas, en su momento, se estudiarán y formarán parte de los siguientes pasos del camino sinodal.  Las preguntas han de ser respondidas, preferentemente, en grupo y recogidas las distintas respuestas.         

Estas son las preguntas: 1.- ¿A qué causas achacas tú la dificultad, incluso creciente, de que los cristianos vivamos nuestra fe de un modo más coherente? 2.- Del decálogo que te hemos ofrecido sobre lo que significa coherencia entre fe y vida, di el punto que te parece más claro y necesario y el que podrías más en cuestión.

3.- De las diez frases del Papa sobre coherencia fe-vida, elige dos e indica qué se podría hacer para conseguirlo en nuestra Diócesis.

Asimismo, se formulan estas dos propuestas:

(1) Otro coloquio sobre cómo hemos vivido y estamos viviendo en este tiempo de pandemia por el coronavirus y crisis varias la coherencia entre la fe y la vida.

(2) Un compromiso personal de cada miembro del grupo para fortalecer la coherencia fe-vida en propia existencia y en la vida y misión de la Iglesia. Se hace primero un silencio y estos dos compromisos se escriben en un papel sin firmar, que se entrega al secretario del grupo.

 

Artículo publicado en NUEVA ALCARRIA el 10 de junio de 2022