Ésta es la entrevista realizada para la publicación Vida Nueva al obispo de nuestra Diócesis, Don Atilano Rodríguez.
ENTREVISTA PARA VIDA NUEVA
- ¿Por qué se decidió a solicitar al papa Francisco este Año Jubilar?
La celebración de los 850 años de la consagración de la Catedral me pareció un motivo para el júbilo, para la acción de gracias a Dios por el pasado, para vivir con gozo el presente y para proyectar con esperanza el futuro. El encuentro con el Señor y las especiales gracias del año jubilar pueden ser una ocasión propicia para todo ello, al experimentar que el Señor siempre nos precede y acompaña con su amor misericordioso.
- ¿Cuáles le gustaría que fuesen sus frutos cuando se cierre?
Me conformaría con que todos experimentásemos la centralidad de Cristo en la vida personal y en la misión de la Iglesia diocesana, asumiendo con gozo que hemos de participar corresponsablemente en el anuncio del amor de Dios a todos los hombres y acogiendo con humildad que Dios está siempre al principio y al final de nuestra peregrinación por este mundo.
- El aniversario de la catedral de Sigüenza nos habla de las hondas raíces cristianas de esta diócesis. ¿Cuáles son los retos más acuciantes para esta Iglesia en el siglo XXI?
Los resumiría en dos fundamentalmente. En primer lugar, señalaría la necesidad de acompañar en su vida de fe y en su vocación a la santidad a quienes viven con gozo su pertenencia a la Iglesia y su condición de discípulos misioneros. Y, en segundo lugar, en el futuro será muy necesario plantearnos qué cambios tenemos que llevar a cabo en la catequesis y en la formación cristiana para hacer cristianos y para provocar el encuentro con Jesucristo de quienes se han alejado de Él.
- Tiene previsto también la celebración de un próximo sínodo diocesano. ¿Qué le gustaría oír en él?
El sínodo pretende ser un tiempo de oración, de diálogo fraterno y de escucha paciente de todos los miembros de la diócesis para ayudar al obispo en el servicio pastoral a la misma. Por lo tanto, a mí me gustaría escuchar lo que el Espíritu nos diga a cada uno en la búsqueda de nuevos caminos para la evangelización, para la integración de los pobres y para el impulso de una pastoral más misionera.
- Una diócesis con dos sedes y dos caras: urbana y rural. ¿Cómo se pastorea una realidad así?
El pastor tiene que dedicar mucho tiempo al acompañamiento personal y comunitario de las personas y comunidades de la diócesis. Esto exige el conocimiento de las alegrías y de las penas, de las esperanzas y sufrimientos de los creyentes y de los no creyentes. La experiencia me dice que tanto en las zonas rurales como en las urbanas las personas siguen entendiendo muy bien el lenguaje del amor y del servicio como caminos necesarios para el descubrimiento de Jesucristo y para su seguimiento.
Atilano Rodríguez
Obispo de Sigüenza-Guadalajara 21 de junio de 2018
Fuente: http://www.vidanuevadigital.com/