Mes de María

Por Jesús Montejano

(Delegación de Piedad Popular)

 

 

El mes de mayo los cristianos lo dedicamos de manera especial a María. El rezo del rosario, el ejercicio de las flores, las peregrinaciones y otras devociones de la piedad popular están presentes en las parroquias y en numerosos lugares de la diócesis.

El Directorio de Piedad Popular y Liturgia nos habla de tener en cuenta varios factores importantes: las exigencias de la liturgia, las expectativas de los fieles, la maduración de la fe y la pastoral de conjunto de la diócesis.

La devoción mariana es una de las más bellas expresiones de la fe de los creyentes, apoyados en la experiencia humana del amor de la madre.

Y añade el Directorio: durante el mes de Mayo, que en gran parte coincide con los cincuenta días de la Pascua, los ejercicios de piedad deberán subrayar la participación de la Virgen en el misterio pascual (cfr. Jn 19,25-27) y en el acontecimiento de Pentecostés (cfr. Hech 1,14), que inaugura el camino de la Iglesia: un camino que ella, como partícipe de la novedad del Resucitado, recorre bajo la guía del Espíritu. Y puesto que los "cincuenta días" son el tiempo propicio para la celebración y la mistagogia de los sacramentos de la iniciación cristiana, los ejercicios de piedad del mes de Mayo podrán poner de relieve la función que la Virgen, glorificada en el cielo, desempeña en la tierra, "aquí y ahora", en la celebración de los sacramentos del Bautismo, de la Confirmación y de la Eucaristía.” (n.191)

En este año jubilar de la Misericordia, en que se nos invita a descubrir que Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre, que también descubramos en el rostro de María, de esa imagen que conocemos y a la que rezamos desde nuestra infancia y que nos acompaña a lo largo de toda nuestra vida, el rostro del amor entrañable de Dios, como es el amor de nuestra madre, María.