El Papa Francisco acerca de María

Ana I. Gil Valdeolivas

(Delegación de Apostolado Seglar)

 

 

Finalizamos el mes de mayo, nos estamos acercando al final del curso, lleno de actividad, de momentos gozosos y también de prisas, llenos de momentos en los que nuestro SI ha sido necesario, un si en nuestro día a día en lo cotidiano, un sí que nace de parar, interiorizar y dar respuesta al Señor, ¿qué quieres de mí? María nos enseña a ser valientes y dar el SI

                                    

                           El Papa nos dice:

  • Un cristiano sin la Virgen está huérfano. También un cristiano sin Iglesia es un huérfano. Un cristiano necesita de estas dos mujeres, dos mujeres madres, dos mujeres vírgenes: La Iglesia y la Madre de Dios
  • La Virgen hace precisamente esto con nosotros, nos ayuda a crecer humanamente y en la fe, a ser fuertes y a no ceder a la tentación de ser hombres y cristianos de una manera superficial, sino a vivir con responsabilidad, a tender cada vez más hacia lo alto.
  • Es una mamá ayuda a los hijos a crecer y quiere que crezcan bien, por ello los educa a no ceder a la pereza (que también se deriva de un cierto bienestar) a no conformarse con una vida cómoda que se contenta sólo con tener algunas cosas.
  • Es la mamá cuida a los hijos para que crezcan más y más, crezcan fuertes, capaces de asumir responsabilidades, de asumir compromisos en la vida, de tender hacia grandes ideales.
  • María es madre y una madre se preocupa sobre todo por la salud de sus hijos…. La Virgen custodia nuestra salud. ¿Qué quiere decir esto? Pienso sobre todo en tres aspectos: nos ayuda a crecer, a afrontar la vida, a ser libres. María nos da la salud, es nuestra salud.
  • La Virgen María, por tanto educa a sus hijos en el realismo y en la fortaleza ante los obstáculos, que son inherentes a la vida misma y que ella misma padeció al participar de los sufrimientos de su Hijo
  • Es una madre que lleva al hijo no siempre sobre el camino “seguro”, porque de esta manera no puede crecer. Pero tampoco solamente sobre el riesgo, porque es peligroso. Una madre sabe equilibrar estas cosas. Una vida sin retos no existe
  • María lucha con nosotros, sostiene a los cristianos en el combate contra las fuerzas del mal.
  • María es la madre que con paciencia y ternura nos lleva a Dios, para que desate los nudos de nuestra alma.
  • María es la buena mamá, una buena mamá no sólo acompaña a los niños en el crecimiento, sin evitar los problemas, los desafíos de la vida, una buena mamá ayuda también a tomar las decisiones definitivas con libertad.
  • Toda la existencia de María es un himno a la vida, un himno de amor a la vida

Oración:

María, haznos sentir tu mirada de madre, guíanos a tu Hijo, haz que no seamos cristianos de escaparate, sino de los que saben mancharse las manos para construir con tu Hijo Jesús su Reino de amor, de alegría y de paz. Amén.

 

Mayo, finaliza, pero María nos anima a seguir dando un SI, sin condiciones, fiándonos, y ella nos ha mostrado y nos muestra cómo hacerlo, desde la sencillez.