Escuelas para la Nueva Evangelización

   

Por Juan José Plaza

Delegado diocesano de Misiones

 

Se nos ha pedido a las distintas Delegaciones diocesanas que colaboremos con la Web de la Oficina de Información diocesana, escribiendo un breve artículo a lo largo del año. A la Delegación de Misiones le toca aportar este artículo el 3 de cada mes.

He titulado el primer artículo, del 3 de Noviembre, festividad de San Martín de Porres, “Escuelas de Evangelización”. Me lo ha sugerido el Plan Pastoral diocesano, recién estrenado:” El amor de Cristo nos urge”.

Cuando el primer evangelizador y misionero, nuestro Señor Jesucristo,  quiso llevar adelante  su plan de salvación, lo primero que hizo fue fundar “una Escuela de Evangelización”, siendo él el Maestro y los apóstoles sus primeros alumnos y luego evangelizadores.

Los maestros, en  aquella época, tenemos el ejemplo de los grandes filósofos de la antigüedad, seguían una metodología y pedagogía muy personal. El maestro no era, como los de ahora, un profesor que enseñaba  sólo teoría, sino, sobre todo, enseñaba con su vida.

Jesús,  en la Escuela de Evangelización que fundo,  siguió esta metodología. Es decir, los discípulos-evangelizadores, que estaban siempre junto a Él, aprendieron por ósmosis de la vida del Señor cómo debían evangelizar. En alguna ocasión les dice el mismo Señor: “Me llamáis  maestro y decís bien, pues lo soy; pues   yo el Maestro os he dado ejemplo, para que lo que yo he hecho también lo hagáis vosotros”(Jn 13, 13-23).

La Iglesia, desde su nacimiento, ha tenido una dilatada labor evangelizadora con sus luces y sombras. Me atrevo a afirmar que en tiempos recientes,   la Iglesia no ha acertado en la  educación de los evangelizadores, no ha acertado en su metodología, apartándose de la que usó el Señor.

Me refiero a que a los que teníamos que seguir llevando el evangelio a todo el mundo, sacerdotes y laicos, se nos ha educado (y se sigue educado) con un método teórico, que “no abarcaba  a toda  la persona”, que es la que debe evangelizar. Sí, unas cabeza muy bien amuebladas;  pero ¿y la vida o toda la persona, que es la que cuenta para la evangelización?

Como muestra vale un botón. En la Iglesia se ha dado mucha importancia a lo académico, a las licenciaturas, a los doctorados por la Gregoriana de Roma….Y ya hemos visto los resultados.” Por sus frutos los conoceréis”(Mat. 7,20)… Hay diócesis  que  tienen muchos  licenciados y doctorados en dogma, en moral, en pastoral, en catequesis… por metro cuadrado y se ha visto que por muchos doctorados que haya, falta algo más para que se dé la evangelización (Y no es que tenga nada contra  los licenciados y los doctorados). Pero hace falta algo más…

Tenemos en ciernes un nuevo Plan Pastoral diocesano que pretende llevar adelante “la Nueva Evangelización” de la que tanto se habla en la Iglesia desde no se sabe ya cuándo…Estamos cansados de oírlo. Creo firmemente que si no cambiamos de métodos de formación de los nuevos evangelizadores, volviendo al método original que utilizó el Señor, no se llevará nunca adelante esa evangelización.

Y que conste que  métodos y  escuelas de verdadera Evangelización existe y muy buenas. Pero mientras prefiramos seguir mandando a nuestros curas y laicos a facultades especializadas en pastoral y a la Gregoriana y no a esas escuelas que están viviendo ya una experiencia viva de Nueva Evangelización…..me parece que no saldremos del atolladero evangelizador en el que estamos hundidos.

Aunque  estoy convencido de que, como no se haga una verdadera reforma de la Iglesia, la N.E nunca se realizará. Pero ya tendremos tiempo de escribir de ello, si Dios quiere.