Sobre San Ildefonso y la Virgen de la Paz en Alovera

Laura Lara y María Lara

(Profesoras universitarias, escritoras y académicas de la Televisión) (*)

 

 

 

El Capellán de la Virgen. Así llamó Lope de Vega a san Ildefonso, en la comedia del mismo nombre que compuso casi mil años después del milagro. Porque si el Fénix de los Ingenios vivió en época de los Austrias y sus obras se representaban en el imperio de Felipe IV, en carrera retrospectiva del tiempo, el prelado se codeó con los visigodos y, apoyando su carrera eclesial como obispo toledano, estuvo Recesvinto. El dramaturgo vivió en el siglo XVII, el hagiógrafo en el VII.

El debate sobre el cristianismo estuvo omnipresente en el reino de los godos. La conversión al catolicismo de Recaredo- el hijo de Leovigildo- tuvo lugar en el año 587, y la nobleza abjuró también del arrianismo, aunque la formalización del proceso se consagró durante el III Concilio de Toledo (589). De este monarca recibe su nombre la ciudad de Recópolis, en Zorita de los Canes (Guadalajara).

También la Historia del Derecho conoció hitos en esos siglos intermedios entre el esplendor de Roma y la invasión islámica. Se afirma que la primera Constitución de la Península y, probablemente, de Europa, se remonta al año 633 cuando, en presencia de Sisenando y bajo la dirección del erudito Isidoro- obispo de Sevilla, luego proclamado Padre de la Iglesia-, se aprobó el canon 75 del IV Concilio de Toledo.

Y, una noche, sucedió el prodigio. El 18 de diciembre del 665, Ildefonso fue a la iglesia a entonar himnos en honor a la Virgen. Se dirigió al templo en compañía de otros clérigos. Sin embargo, al hallar un torrente de luz, todos huyeron, salvo Ildefonso y sus dos diáconos.

Cuentan las crónicas que, cerca del altar, estaba la Virgen María, sentada en la silla del obispo, desde donde pronunció la frase: "Tu eres mi capellán y fiel notario. Recibe esta casulla la cual mi Hijo te envía de su tesorería".

Se daba la circunstancia de que, de niño, Ildefonso había ingresado en el monasterio Agaliense, en los arrabales de Toledo, contra la voluntad de sus padres.

El abad Ildefonso fue el autor del canon primero del X Concilio de Toledo (656), el cual establece la fiesta de la Encarnación (25 de marzo). A él también se le atribuye la alusión a María en otros lugares de la liturgia y, en gran medida, merced a sus escritos, pronto caló en el pueblo español la denominación de la Madre del Señor como "La Virgen", al igual que en Italia se conoce como "La Señora" o en Francia como "Nuestra Señora".

El 23 de enero, día de San Ildefonso, es fiesta en Toledo. A este venerable dedicó el Cardenal Cisneros el Colegio Mayor de la Universidad de Alcalá (hoy rectorado), que él fundara en 1499; no en vano Ildefonso es el patrón del arzobispado de Toledo, del que Francisco fue titular, así como inquisidor general, regente de las Españas y capitán general de África.

Y, en Alovera, la memoria de san Ildefonso prosigue el día 24 de enero con la celebración de la Virgen de la Paz. En la iglesia de san Miguel Arcángel, dos imágenes nos hablan del arraigo de una devoción que continúa viva en la era tecnológica.

Antes de la Guerra Civil existió un grupo de 5 tallas. Tristemente el patrimonio artístico fue una de las víctimas del conflicto fratricida; pervive en la iglesia la escultura de la Virgen, mas de los ángeles y de san Ildefonso solo queda una fotografía en blanco y negro. Pero la vecindad aloverana nunca olvidó a María, y pronto tuvo un nuevo paso procesional. Hoy, en desfile sale una nueva imagen de la Virgen. La Madre porta, como la de antaño, el estandarte de la Paz, y extiende los brazos para imponer la casulla al orador.

Como licenciadas que somos por la Universidad de Alcalá, y autoras de sendas Tesis Doctorales que versan sobre Toledo: la Tesis de Laura analizaba la cultura y la educación en la Edad de Plata, y la de María, acerca de la secularización en la Edad Moderna, se defendió en la Facultad de Humanidades de la ciudad del Tajo.

La Villahermosa de Alovera, nuestro pueblo vecino, siempre nos recibe con los brazos abiertos. Allí estuvimos impartiendo el pregón poético de Navidad en diciembre de 2019 y recordando los juegos infantiles o conversaciones en el instituto, también los encuentros literarios en la Biblioteca sobre nuestra novela El velo de la promesa.

A finales del primer mes de 2020, fue emocionante volver a Alovera, donde cada invierno, cuando los días empiezan a alargar, se contempla que Ildefonso recibe "la vestidura" que la Virgen le pidió que llevara en los días designados en su honor.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



(*) Las Doctoras Laura Lara y María Lara son Profesoras de la UDIMA, Primer Premio Nacional de Fin de Carrera en Historia del Gobierno de España, académicas de la Televisión, historiadoras del Servicio Histórico y Cultural del Ejército del Aire y Escritoras, con el Premio Algaba entre otros galardones.