Tendrás un ángel

Laura Lara y María Lara

(Profesoras de la UDIMA, escritoras Premio Algaba, historiadoras de 'Todo es mentira' en Cuatro) (*)

 

 

 

"/Icono de los tres arcángeles en Saxum (Abu Gosh /Israel)El tránsito del mes de septiembre al de octubre está marcado por la celebración de los ángeles. El 29 de septiembre el calendario católico sitúa la fiesta de los arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael. Sus etimologías dan cuenta de su especialidad: Miguel, “¿Quién como Dios?”, por su lucha contra el demonio al defender el nombre del Creador ante las asechanzas del mal; Gabriel, “fortaleza de Dios”, encargado de comunicar a la Virgen María el misterio de la Encarnación y a Zacarías el nacimiento de Juan el Bautista; y Rafael, “medicina de Dios”, compañero de viaje y “sanador” en el libro de Tobías. La climatología colabora y, cuando están a punto de caerse las hojas, del verano de san Miguel pasamos al 2 de octubre, día del ángel custodio, que ahora ejerce de patrón del Cuerpo Nacional de Policía.

Las religiones abrahámicas presentan a los ángeles como embajadores de Dios. En el judaísmo hay jerarquías angélicas y, en el cristianismo, su devoción está atestiguada desde los primeros tiempos.  En el siglo XVII Clemente X instituyó la fiesta con carácter universal para toda la Iglesia. En el Islam son entidades celestiales creadas por Alá a partir de un origen luminoso.

“En verdad os digo, que veréis abrirse los cielos y a los ángeles de Dios subiendo y bajando sobre el Hijo del Hombre” leemos en el evangelio de san Juan (1, 51).

El ángel custodio es el “amigo” personal que cada persona tiene como “dulce compañía”, según rezábamos de niños. Al tratarse de los seres más perfectos de la Creación, los ángeles llegan donde el ser humano no puede.

Los ángeles iluminan, previenen, guían y protegen. Según rememora el salmo 90, los ángeles “te llevarán en sus manos para que no tropiece tu pie en piedra alguna”. Su comportamiento con respecto al sujeto que tienen encomendado es como el de un hermano mayor y, en muchas ocasiones, ha de exhortarlo, mediante la imaginación o con hechos, para provocar un cambio en la existencia. Fue un ángel quien, en el primer libro de los Reyes, advirtió a Elías: “levántate y come porque te queda todavía mucho camino”. Al final de la vida, el custodio llevará al fiel a la contemplación de María, como Reina de los Ángeles, festejando por la eternidad.

Nuestras biografías están llenas de ángeles: nuestro abuelo materno es Ángel, y los dos hijos de Laura se llaman Pilar Elizabeth y Ángel Eduardo. María será la madrina de sus dos sobrinos en el bautizo, que tendrá lugar el 24 de octubre, en la fecha en que en Córdoba se conmemora a san Rafael. A este arcángel en la infancia se lo invoca, entre otros asuntos, para resguardar de las pesadillas. Antes del Concilio Vaticano II a san Gabriel se lo situaba en el almanaque el 24 de marzo, en la víspera de la Anunciación, pero desde 1970 se reunió a los tres arcángeles en el 29 de septiembre. El arte oriental y occidental está lleno de estatuas, lienzos e iconos sobre los Protectores. En el Museo de Guadalajara se conserva una serie de san Miguel y compañeros, obra de Bartolomé Román, de la escuela madrileña, y datada en el siglo XVII.

En la iglesia de san Miguel de Azuqueca de Henares (Guadalajara), hemos recibido Laura y yo los sacramentos y, en nuestra andadura, los ángeles están omnipresentes; a ellos pedimos ayuda y confiamos las jornadas.

Para recitar en la parroquia azudense renacentista, en la misa de una tarde del 29 de septiembre, compuso María este poema dedicado a san Miguel, arcángel al que sentimos tan familiar que a menudo las Hermanas Lara lo llamamos “Michael”.

En 2020, ante la pandemia de coronavirus, le rogamos protección mientras declamamos los versos de María desde la columna del Obispado.

 

San Miguel de la Victoria

Ángel es el espíritu que ejerce de mensajero de lo Alto.

El Creador hizo el mundo
derramando alabanzas,
mas la paz no fue posible
y lloró la retaguardia.

Los querubines benévolos
aprisa buscaban armas
y, entre las nubes, echaron
fuegos de sales doradas.

Con el escudo en el pecho
y las sandalias aladas,
San Miguel vuela hacia el frente
a vertebrar la vanguardia.

Diadema argéntea ostenta,
coraza plúmbea engastada,
del Padre defiende el nombre
ante alianzas macabras.

Ninguna tiniebla espesa
al lucero borra el alba,
los cielos andan revueltos
por la causa más sagrada.

"Quien como Dios" aclama
el guerrero que alza lanza.
Arcángel, inmortal la hueste,
dulce faz de la templanza.

 

 


(*) Las Doctoras Laura Lara y María Lara son Profesoras de la UDIMA, Primer Premio Nacional de Fin de Carrera en Historia del Gobierno de España, académicas de la Televisión, historiadoras del Servicio Histórico y Cultural del Ejército del Aire y Escritoras, con el Premio Algaba entre otros galardones.