Sube la temperatura

Por Alfonso Olmos

(director de la Oficina de Información)

 

 

No solo el verano hace que suba la temperatura, es decir que no son solo los muchos grados que en estos días nos agobian, lo que hace que muchos termómetros sanguíneos vean el mercurio ascender. Muchos se sofocan por otros motivos.

El ambiente está caldeado por las decisiones tomadas por algunos representantes de instituciones públicas, que no entienden la laicidad del estado como corresponde, privando a los creyentes del amparo institucional en algunas celebraciones.

También sube la temperatura del ánimo cuando llegan noticias de violencia contra cristianos en muchos lugares del mundo, atemorizados, amordazados y, en algunos casos, martirizados por odio a la fe cristiana.

La incongruencia en la vivencia de la fe de muchos que se consideran “católicos, apostólicos y romanos”, también altera la temperatura de la convivencia social, amenazando con denuncias por discriminación. Está a la orden del día cuando se pide autenticidad y coherencia a la hora de elegir padrinos de bautismo.

Las palabras y los gestos del papa también calientan a muchos. Hay algunos que se hacen cruces e invocan censuras caducas o crean corrientes de opinión adversas, que son poco constructivas.

Siempre hay polémica servida cuando se pronuncia la palabra Iglesia, recurriéndose a viejos argumentos contestatarios sobre la licitud o conveniencia de tratados internacionales vigentes, que a veces se incumplen o que son despreciados y vilipendiados.