Por Jesús de las Heras Muela
(Periodista y sacerdote. Deán de la catedral de Sigüenza)
Este domingo 16 de noviembre es la Jornada Mundial de los Pobres, cuyo lema pontificio para 2025, al compás del año jubilar, es «Tú, Señor, eres mi esperanza»
La cita fue fijada ya hace mueve años. Concluido el Jubileo de la Misericordia, en la carta apostólica «Misericordia et misera», en su punto 21, el Papa Francisco anunció la creación de la Jornada. «A la luz –escribió Francisco- del Jubileo de las personas socialmente excluidas (…), intuí que, como otro signo concreto de este año santo extraordinario, se debe celebrar en toda la Iglesia, en el XXXIII Domingo del Tiempo Ordinario, la Jornada Mundial de los Pobres. Será la preparación más adecuada para vivir la solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, quien se ha identificado con los pequeños y los pobres, y nos juzgará a partir de las obras de misericordia (cf. Mateo 25,31-46)».
Y a renglón seguido, el mismo Santo Padre adelantaba sus objetivos: «Será una Jornada que ayudará a las comunidades y a cada bautizado a reflexionar cómo la pobreza está en el corazón del Evangelio y sobre el hecho que, mientras Lázaro esté echado a la puerta de nuestra casa (cf. Lucas 16,19-21), no podrá haber justicia ni paz social». Y concluía: «Esta Jornada constituirá también una genuina forma de nueva evangelización (cf. Mateo 11,5), con la que se renueve el rostro de la Iglesia en su acción perenne de conversión pastoral, para ser testimonio de la misericordia».
Y ahora, el nuevo Papa, León XIV, ha hecho suya la Jornada (es jornada pontificia), confirmando sus objetivos, fechas y principales actividades. Además, ya ha sido León XIV el autor del mensaje papal para la jornada, firmado, como siempre viene aconteciendo desde que se instituyó la iniciativa, el 13 de junio, memoria litúrgica de san Antonio de Padua, patrono de los pobres.

Actividades de la Jornada
En Roma, el Papa organiza para la jornada una misa y un almuerzo para los pobres y quienes les atienden. Las actividades jubilares pueden verse en la foto que ilustra este artículo. Asimismo, despliega una muy amplia serie de acciones caritativas en favor de ellos: chequeos médicos gratuitos, pagos de alquileres y de electricidad y lotes de alimentos, entre otras iniciativas.
En nuestra diócesis de Sigüenza-Guadalajara, a través de la Vicaría Episcopal de Pastoral Social se programan distintas acciones asistenciales, campañas de sensibilización, celebraciones y gestos concretos de caridad y cercanía efectiva y afectiva hacia los pobres. Un ejemplo de ellas, es la convocatoria del XIV Encuentro de Pastoral Social y del Encuentro de la IX Jornada Mundial de los Pobres. Es mañana, sábado 15 de noviembre, en la Casa Nazaret de Guadalajara, entre las 10:30 y las 13:45 horas, presidida por el obispo diocesano.
Además, los días previos a la Jornada, todas las comunidades parroquiales y diocesanas están llamadas a centrar sus actividades pastorales en la atención a las necesidades de los pobres mediante signos concretos.
Lemas de la Jornada desde 2017
Son frases bíblicas que ya por sí mismas indican e ilustran el ineludible compromiso cristiano y eclesial en favor de los pobres. En 2017 y en 2018, respectivamente, «No amemos de palabra, sino con obras» (1 Juan 3,18) y «Este pobre gritó y el Señor lo escuchó» (Salmo 34,7) fueron los lemas.
«La esperanza de los pobres nunca se frustrará» (Salmo 9,19), «Tiende tu mano al pobre» (cf. Sirácida 7,32) y «A los pobres los tendréis siempre con vosotros» (Marcos 14,7) fueron los lemas de 2019, 2020 y 2021, respectivamente.
En 2022, 2023 y 2024, fueron, respectivamente, «Jesucristo se hizo pobre por vosotros» (cf. 2 Corintios 8,9), «No apartes tu rostro del pobre» (Tobías 4,7) y «La oración del pobre sube hasta Dios» (cf. Sirácida 21,5).
Y para este año 2025, dicho queda, «Tú, Señor, eres mi esperanza» (Salmo, 71,5). Este lema se inserta dentro del Año Jubilar 2025, dedicado a la esperanza. Las palabras del salmista elegidas al respecto nos permiten entrever un grito de esperanza que podría salir del corazón humilde y agradecido de un pobre.
Modelos e intercesores de servicio a los pobres
Además, cada año, en su mensaje, los papas proponen un modelo concreto de cristiano, normalmente santo, que sobresalió en el ejercicio de la caridad y de su compromiso en favor de los pobres. Así, en 2017 fue san Francisco de Asís; en 2018, santa Teresa de Jesús; en 2019, el sacerdote italiano Primo Mazzolari y Jean Vanier, pensador católico canadiense, laico, fundador de las comunidades del Arca y de Fe y Luz; y en 2020, la Virgen María, presentada como la Madre de los Pobres.
En 2021, fue el padre Damián de Veuster o de Molokai, santo apóstol de los leprosos. Para 2022, fue san Charles de Foucauld, canonizado por Francisco, el 15 de mayo de aquel año. En 2023, en pleno año jubilar del 150 aniversario de su nacimiento, santa Teresita de Lisieux. En el pasado año 2024, fueron dos los modelos propuestos: santa Teresa de Calcuta (1910-1997) y el francés san Benito José Labre (1748-1783).
Para 2025, León XIV, propone la figura de san Agustín (354-430), quien afirmaba que el pobre no es solo alguien a quien se ayuda, sino la presencia sacramental del Señor. Además, es de San Agustín la siguiente frase citada en el mensaje papal: «Como observa San Agustín, das pan al hambriento, pero sería mejor que nadie sintiese hambre y no tuvieses a nadie a quien dar; vistes al desnudo, pero ¡ojalá todos estuviesen vestidos y no hubiese necesidad de vestir a nadie!».
Y valga también esta otra cita del santo, presente en el mensaje papal: «Sea Dios toda tu presunción: siéntete indigente de Él, y así serás de Él colmado. Todo lo que poseas sin Él, te causará un mayor vacío».
Ideas centrales del mensaje papal
En su mensaje, el Papa León subraya la necesidad de la fe, puesto que Dios es nuestro refugio y solo en su amor se encuentra esperanza ante las dificultades y angustias de la vida: «De ahí nace la confianza indefectible de que la esperanza en Él no defrauda En el caso de los pobres, sus vidas están marcadas por la precariedad y la marginación. En lugar de confiar «en las seguridades del poder o del tener», el pobre es víctima de ellas por lo que “su esperanza solo puede reposar en otro lugar”».
En esta línea, León XIV apunta que «la pobreza más grave es no conocer a Dios» y recuerda unas palabras de Francisco en su exhortación apostólica Evangelii gaudium: «La peor discriminación que sufren los pobres es la falta de atención espiritual. La inmensa mayoría de los pobres tiene una especial apertura a la fe; necesitan a Dios y no podemos dejar de ofrecerles su amistad, su bendición, su palabra, la celebración de los sacramentos y la propuesta de un camino de crecimiento y de maduración en la fe».
El mensaje del Santo Padre también está marcado por la importancia de la caridad. León XIV insiste en que la pobreza «tiene causas estructurales que deben ser afrontadas y eliminadas». Sin embargo, mientras ello sucede, «todos estamos llamados a crear nuevos signos de esperanza que testimonien la caridad cristiana, como lo hicieron muchos santos y santas de todas las épocas».
Así, esta Jornada es un recordatorio para la Iglesia de que «los pobres están en el centro de toda la acción pastoral». «Los pobres no son una distracción para la Iglesia, sino los hermanos y hermanas más amados, porque cada uno de ellos, con su existencia, e incluso con sus palabras y la sabiduría que poseen, nos provoca a tocar con las manos la verdad del Evangelio».
□ Oración para la Jornada Mundial de los Pobres 2025
«Oh, Dios, Padre de los vivos, Tú eres el Dios de la esperanza. Nuestra roca y nuestra fortaleza, Tú eres nuestro apoyo. En Ti nos refugiamos en medio de las pruebas de la vida. Eres nuestra primera y única esperanza, nuestro compañero de camino. Te necesitamos a Ti, a tu amistad, a tu bendición, a tu Palabra, a la celebración de los Sacramentos para crecer y madurar en la fe. En Ti encontramos nuestro tesoro. Sin Ti, todo lo que tenemos nos vacía aún más.
Oh, Señor Jesús, Verbo Encarnado, Tu asumiste nuestra pobreza para enriquecernos a todos con nuestras voces, nuestras historias y nuestros rostros. Que, con nuestra existencia, y también con las palabras y la sabiduría de la que somos portadores, animemos a todos a entrar en contacto con la verdad de tu Evangelio. Aumenta nuestra fe en ti, que nos has salvado con tu muerte y resurrección y que volverás entre nosotros. Que nuestros corazones estén siempre fijos en ti, que eres nuestra esperanza.
Oh, Espíritu Santo, amor del Padre y del Hijo, que inspiras en nosotros el anhelo de la ciudad celestial, ilumina y fortalece a nuestros cristianos, para que se comprometan con nuestras ciudades terrenales, haciéndolas, desde ahora, semejantes a la patria beata. Concede que todos los hombres y mujeres de buena voluntad aborden y eliminen a nivel internacional las causas estructurales de la pobreza, creando nuevos signos de esperanza para que nos testimonien con gestos concretos la caridad que Tú derramas misteriosamente en ellos.
Oh, María Santísima, Consuelo de los Afligidos, y San Antonio de Padua, Patrón de los Pobres, rogad por nosotros para que este Año Jubilar impulse el desarrollo de políticas para combatir las antiguas y nuevas formas de pobreza, así como nuevas iniciativas para apoyar y asistir a los más pobres, para que todos tengamos hogar, alimento, atención médica y educación. Amén».
Publicado en Nueva Alcarria el 14 de noviembre de 2025