Despierta tú que duermes

Agustín Bugeda Sanz

(Vicario general)

 

 

Vamos a comenzar dentro de poco el Adviento y oiremos muchas veces está llamada a lo más íntimo de nuestro ser. Pero al hilo de los acontecimientos que estamos viviendo y que viviremos parece que el Señor nos adelanta esta llamada, nos la hace más acuciaste.

Hemos de despertar para dejar de ser solo consumidores de paz y pasar a ser Constructores de paz. Los atentados en París, la guerra en tantas partes del planeta, la desolación de los refugiados.... Nos tiene que hacer despertar para caer en la cuenta que todos podemos hacer algo más por la Paz, todos podemos poner nuestro grano de arena. Quizá nos hemos acostumbrado a que nos lo den todo hecho los dirigentes, los que tienen diversas responsabilidades. Cada uno tenemos responsabilidades concretas allí donde vivimos, trabajamos, nos divertimos.... Aprovechemos todo momento y circunstancia para crear puentes, para abrir diálogo, para acoger y amar, para ser artífices de paz.

Precisamente bajo la sombra de los atentados de París estábamos reunidos el Consejo de Pastoral diocesano, reflexionando sobre la comunión y corresponsabilidad en nuestra Iglesia diocesana. Es la comunión y comprensión entre nosotros, la escucha y acogida sincera en el seno de la Iglesia, sin excluir a nadie, lo que hará también posible que nos abramos al otro, al que piensa y cree diferente a nosotros. Desde la comunión, evangelizaremos, acogeremos, crearemos paz.

El Adviento de este año coincidirá con una nueva campaña electoral. Ojalá los partidos políticos insistan mucho más en lo que les une en favor de todas las personas, que en lo que les separa. Nos ha de unir a todos los demócratas un mismo sentir en favor del hombre, de todos sus derechos, de la vida, de la justicia y de La Paz. Un gran pacto por la educación, por la sanidad, por nuestra constitución, por las leyes fundamentales... Es lo que esperamos de nuestros gobernantes para que en lo esencial permanezcamos unidos en favor de todos, en favor de la concordia y reconciliación, y el modo de hacerlo, los matices en las formas y estructuras sea lo de menos. Eso pido y deseo como cristiano y ciudadano de este hermoso país que es España.

También la apertura del Jubileo de la Misericordia el próximo día 8 en Roma y el 13 en nuestra Diocesis, será una una excelente ocasión de gracia para vivir intensamente el perdón y la reconciliación, el gran Amor que Dios nos tiene que manifiesta todo su poder con el perdón y la misericordia. Esta experiencia nos llevara necesariamente a la conversión, a ser instrumentos del perdón y no del odio. El que conocer de verdad al Dios revelado por Jesucristo, al Dios y Padre misericordioso, cercano en todo momento, no puede sino despertar a la conversión, a hacer de su vida un canto de perdón y no de violencia, un himno de amor sin una nota siquiera de odio.

Despertemos todos los días al Amor de Dios, a su perdón y paz para llevarla siempre a los demás, ahora, en este final de año, en estos días que es mucho más necesario.

Unidos en el trabajo por La Paz, desde el Corazón de Dios