Esta sí es la verdad y la belleza de la Navidad

Lo que es la Navidad y su celebración y diez frases de otros tantos santos y otras diez frases del Papa Francisco nos ayudan redescubrir la verdad de la Navidad

 

Por Jesús de las Heras Muela

(Periodista y sacerdote. Deán de la catedral de Sigüenza)

 

 

 

 

 

 

 

 

“La Navidad suele ser una fiesta ruidosa: nos vendría bien estar un poco en silencio, para oír la voz del Amor”. “Liberemos la Navidad de la mundanidad que la ha secuestrado. El verdadero espíritu de Navidad está en la belleza de ser amados por Dios”. “Si queremos celebrar la verdadera Navidad, contemplemos este signo: la frágil sencillez de un pequeño recién nacido. Allí está Dios”. Las tres anteriores frases son del Papa Francisco. Con ellas, busca “centrar” la Navidad, despojarla de las adherencias secundarias que tantas veces oculta su verdadera belleza y proponer su auténtica vivencia,

Y es que, en medio de la noche (también de nuestras noches personales, familiares, laborales y sociales como la pandemia que no cesa), Navidad es la Luz incandescente del Dios que se hace hombre y que ilumina, guía y orienta el caminar de la humanidad de todos los tiempos.

Y Navidad es una luz cuyos reflejos verdaderos son la celebración litúrgica del misterio de la Navidad, con la participación en las correspondientes eucaristías; la intensificación de la oración, de la vida interior y de la escucha de la Palabra de Dios; la alegría, la paz y la fraternidad; y saber admirar y traducir a nuestras vidas la humildad, la pobreza y la ternura del Niño Dios de Belén.

Navidad es también familia, es asimismo perdón y reconciliación y es, muy singularmente, caridad y amor, que respondan con obras concretas en favor de los más necesitados, a la gran Caridad y al gran Amor de Jesucristo que lo comparte todo con nosotros y que nunca nos deja solos y que no quiere que nosotros dejemos solos a los demás.

 

 

Diez ideas claves para celebrar y vivir la verdad de la Navidad

1.-La Navidad es la celebración, memoria y actualización del acontecimiento salvífico histórico del nacimiento de Jesucristo, de la manifestación de la salvación de Dios en Jesús de Nazaret.

2.-El centro de la Navidad lo constituye el alumbramiento de Jesús, Hijo de Dios e Hijo de María, en Belén de Judá. Es el insondable misterio de un Dios nacido en la carne. El que ha nacido de la Virgen es Hijo de Dios e Hijo de hombre. Afirmamos las dos realidades juntas, sin merma de ninguna de ellas, sin deterioro, sin que deje de ser realmente Dios y realmente hombre.

3.-Navidad es adentrarse en el misterio de la encarnación del Hijo de Dios. La fe descubre, sin escándalo, a la Majestad divina humillada; a la Omnipotencia, débil; a la Eternidad, mortal; al Impasible, padeciendo; al Bendito, maldecido; al Santo, hecho pecado por nosotros; al Rico, empobrecido para enriquecernos; al Señor, tomando forma de siervo para liberarnos de la esclavitud.

4.-La Navidad, con toda su sencillez y ternura, con su misterio y su gracia, es mucho más que un tiempo ingenuo o explotado por la sociedad de consumo. Es el tiempo de Dios y el tiempo del hombre. El clima creado por la liturgia de estos días pretende provocar la fe en la manifestación divina, la apertura a la gracia, la necesidad del amor y del seguimiento a Jesucristo.

5.-La liturgia de la Iglesia prolonga el tiempo de Navidad hasta la Epifanía, que se fija en el sentido y significado de este acontecimiento. Navidad es la eclosión de la luz y la luz es para alumbrar, para calentar, para guiar.

6.-La liturgia de Navidad y Epifanía se subdivide, a su vez, en la semana dentro de la Navidad, la semana de la octava y las ferias de los días de Epifanía hasta la celebración de la festividad del Bautismo del Señor.

Durante toda la octava de la Navidad se debe rezar o cantar el Gloria en la Eucaristía y el Te Deum en el oficio de lecturas de la Liturgia de las Horas. Igualmente, se recomienda cantar el Aleluya, previo a la proclamación del Evangelio, en la Misa, o, en la Liturgia de las Horas, donde se prescriba como Responsorio breve.

7.-La liturgia de Navidad y Epifanía, desde el Nacimiento hasta el Bautismo en el Jordán, va desgranando las primeras manifestaciones de la salvación de Dios en Jesús: a los pastores, a los magos, en el templo, a los discípulos en Caná de Galilea.

8.-Desde las celebraciones vespertinas de la Navidad (tarde del 24 de diciembre) hasta la festividad del Bautismo del Señor discurre el tiempo litúrgico de Navidad y Epifanía. Su color litúrgico es el blanco. La alegría, el gozo y la celebración de la Natividad y de la Manifestación de Jesucristo son sus características principales.

Y este tiempo litúrgico, todo él de color blanco en la casulla del sacerdote, propiamente concluye con el domingo siguiente a la Epifanía del Señor, el domingo del Bautismo del Señor. Se cierra así el ciclo de la infancia de Cristo, aunque su bautismo de manos de Juan fuera ya a los 30 años, significándose con ello que también la Navidad, como todo en la vida de Jesús y de la vida de la Iglesia, fue para la gloria de Dios y para la misión evangelizadora.

9.-Dentro de la octava de la Navidad hay otras dos grandes fiestas: la Sagrada Familia y Santa María Madre de Dios. El domingo dentro de la octava de la Navidad es la festividad de la Sagrada Familia, que, en la Iglesia Católica en España, coincide con el día de la familia y de la vida.

En el día de la octava de la Navidad (1 de enero), toda la Iglesia Católica celebra la solemnidad de la Maternidad divina de la Virgen María. Desde 1968, por disposición del Papa Pablo VI, es también el día de la Jornada Mundial de Oración por la Paz, que conlleva siempre mensaje papal.

10.-La Epifanía es una fiesta más conceptual. Celebra el mismo misterio de la Navidad, pero va más directamente a su significación salvadora. Palabras claves de este tiempo son: iluminación, manifestación, aparición, desvelamiento. El día 6 de enero la Iglesia celebra la Epifanía del Señor. Este misterio complementa al de Navidad. En España se une a este día la popularmente llamada festividad de los Reyes Magos.

El evangelio de esta solemnidad litúrgica es precisamente la adoración de los magos de oriente. La Iglesia Católica en España, en el contexto de esta solemnidad de marcado carácter misional, celebra el día 6 de enero el día de los catequistas nativos y del Instituto Español de Misiones Extranjeras (IEME). El ciclo litúrgico de la Navidad concluye la fiesta del Bautismo del Señor, el comienzo de su vida pública.

 

Diez santos escriben sobre la Navidad

(1) “El Señor de todas las cosas apareció en forma de siervo, revestido por pobreza para que la prensa no se escapase espantada. Nació en una ciudad que no era ilustre en el imperio, escogió una oscura que ver y ser la Luz. Fue alumbrado por una humilde virgen, asumiendo la indigencia más absoluta, para lograr, al modo de un cazador, apresar a los hombres y así salvarlos”. (San Teodoto de Ancira)

(2) “Él ha sido puesto en un pesebre para que tú puedas ser colocado sobre los altares. Él ha sido puesto en la tierra para que tú puedas estar entre las estrellas”. (San Ambrosio de Milán)

(3) “Jesús yace en el pesebre, pero lleva las riendas del gobierno del mundo; toma el pecho, y alimenta a los ángeles; está envuelto en pañales, y nos viste a nosotros de inmortalidad; está mamando, y lo adoran; no halló lugar en la posada, y Él fabrica templos suyos en los corazones de los creyentes. Para que se hiciera fuerte la debilidad, se hizo débil la fortaleza… Así encendemos nuestra caridad para que lleguemos a la eternidad”. (San Agustín de Hipona)

(4) “No puede haber mucho lugar para la tristeza, cuando acaba de nacer la vida; la misma que acaba con el temor de la mortalidad, y nos infunde la alegría de la eternidad prometida”. (San Gregorio Magno, papa)

(5) “¿Hay algo que pueda declarar más inequívocamente la misericordia de Dios que el hecho de haber aceptado nuestra miseria? ¿Qué hay más rebosante de piedad que la Palabra de Dios convertida en tan poca cosa por nosotros? Cuánto más pequeño se hizo en su humanidad, tanto más grande se reveló en su bondad; y tanto más querido me es ahora”. (San Bernardo de Claraval)

(6) “Navidad es Belén, es humildad, es paz, es intimidad, es gozo, es dulzura, es esperanza, es benignidad, es suavidad, es aurora, es bondad, es amor, es luz, es ternura, es amanecer... Es silencio”. (San Francisco de Asís)

(7) “No disimules con oropeles y sonrisas huecas. Quien reposó en un pesebre desea recostarse en tu pobreza y debilidad humildemente reconocidas”. (Santa Teresa de Jesús)

(8) “Todas las fiestas de la Iglesia son hermosas… la Pascua, si, es la glorificación… pero la Navidad posee una ternura, una dulzura infantil que me atrapa todo el corazón”. (San Padre Pío de Pietrelcina)

(9) “Es Navidad cada vez que permites al Señor renacer para darlo a los demás. Es Navidad cada vez que estás en silencio para escuchar al otro. Es Navidad cada vez que no aceptas aquellos principios que destierran a los oprimidos al margen de la sociedad”. (Santa Madre Teresa de Calcuta)

(10) “Hoy, día de alegría para todos, día lleno de llamamientos a la paz y la fraternidad, se hacen más intensos e incisivos el clamor y la súplica de los pueblos que anhelan la libertad y la concordia, en situaciones de preocupante violencia étnica y política. Hoy resuena más fuerte la voz de quienes están comprometidos generosamente en derribar barreras de miedo y de agresividad, para promover la comprensión entre hombres de distinto origen, raza y credo religioso”. (San Juan Pablo II, papa)

 

Diez frases breves del Papa Francisco sobre la Navidad

1.-Que el Emmanuel sea luz para toda la humanidad herida. Que ablande nuestro corazón, a menudo endurecido y egoísta, y nos haga instrumentos de su amor. Que, en este día de fiesta, conceda su ternura a todos, e ilumine las tinieblas de este mundo

2.- Este es el significado de la Navidad. Si el Señor sigue viniendo entre nosotros, si sigue dándonos el don de su Palabra, es para que cada uno pueda responder a esta llamada: hacerse santo en el amor.

3.-La Navidad tiene sobre todo un sabor de esperanza porque, a pesar de nuestras tinieblas, la luz de Dios resplandece.

4.-Dios, enamorado de nosotros, nos atrae con su ternura naciendo pobre y frágil en medio de nosotros, como uno más.

5.-En la sencillez del pesebre encontramos y contemplamos la ternura de Dios, manifestada en el Niño Jesús.

6.-Dios se ha hecho Niño para estar más cerca de los hombres de todos los tiempos, demostrándonos su infinita ternura.

7.- Siempre tenemos necesidad de dejar que la sonrisa del Niño Jesús nos renueve, que su bondad desarmada nos purifique de las escorias que a menudo se incrustan en nuestros corazones.

8.-Contemplando al Niño Dios que emana luz en la humildad del pesebre, nosotros también podemos convertirnos en testigos de humildad, ternura y bondad.

9.-Jesús, recién nacido, se reflejó en el rostro de su madre. De ella recibió las primeras caricias, con ella intercambió las primeras sonrisas. Con ella inauguró la revolución de la ternura. La Iglesia, mirando al niño Jesús, está llamada a continuarla.

10.-Los símbolos de la Navidad, especialmente el belén y el árbol adornado, nos recuerdan la certeza que nos llena el corazón de paz: la alegría por la Encarnación, por Dios que se hace familiar, habita con nosotros, infunde esperanza en nuestros días.

 

 

 

PUBLICADO EN NUEVA ALCARRIA 23 DICIEMBRE 2021

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