Por Ralph Middlecamp



 

 

Queridos amigos vicencianos,

Para los vicentinos, el Adviento es la temporada de realizar colectas de juguetes y regalos, armar canastas especiales de alimentos y preparar programas de comidas festivas. También es el momento de la solicitud de donantes y, sin duda, algunas fiestas navideñas. Por supuesto, las solicitudes regulares de visitas domiciliarias no se detienen.

La mayoría de nuestros programas navideños “especiales” requieren que nuestros vecinos que lo necesiten se inscriban, o podemos enviarles una invitación para participar. Estos programas requieren este nivel de organización, pero he descubierto que algunas de mis experiencias más significativas han sido con la persona que no estaba en la lista o que llegó justo cuando estábamos por cerrar. Sé que hacer excepciones a las reglas del programa puede crear problemas, pero también descubrí que cuando escuchaba la historia de esa persona, a menudo me derretía el corazón.

Muchas de esas historias son las que aún recuerdo. Cuando realmente escucho a una persona que me pide que haga una excepción para ayudarlos, es una decisión difícil. Por lo general, todavía sigo el plan, pero a veces recuerdo que María y José no encontraron habitación en la posada. Tenían una historia bastante convincente, y alguien al menos les permitió usar el granero como refugio. ¿Puedo ser al menos así de flexible?

Recuerdo a un padre que vino a preguntar si nos quedaban juguetes el día después de nuestro programa de regalos. No estaba en nuestra lista, pero supe que no tenía nada que darles a sus hijos porque un incendio destruyó su apartamento esa semana. Me di cuenta de que tal vez me estaba engañando, pero su gratitud por los regalos que le dimos fue real. Resultó que había estado diciendo la verdad, y pudimos ayudar con los muebles y la comida cuando la familia se mudó unas semanas después.

A veces, cuando escucho estas historias, experimento una impotencia compartida. Uno de esos casos fue una mañana de Nochebuena cuando los padres con niños en su camioneta me preguntaron si sabía de algún lugar donde pudieran quedarse la próxima semana hasta que su apartamento estuviera disponible el 1 de enero. Todo lo que pude ofrecer fue una sugerencia de un lugar donde pudieran comer esa noche y donde habría algunos regalos para los niños. A veces, estas interacciones no tienen elementos de alegría navideña, como la vez que me senté con un hombre que estaba llorando porque ya no era bienvenido en casa durante las fiestas debido a su adicción y comportamiento pasado. A veces, el único regalo que podemos dar es una presencia que escucha a otro ser humano.

Una historia final que compartiré involucra a un hombre que estaba tan enojado con su familia el 23 de diciembre que tomó todos sus regalos envueltos y los tiró en uno de los buzones de nuestra tienda de segunda mano. Al día siguiente, se arrepintió. Estaba cerrando la tarde de Nochebuena cuando vino y me rogó que fuera con él a buscar esos regalos. Escuchar la experiencia de conversión que tuvo la noche anterior me hizo preguntarme qué fantasmas de la Navidad pasada, presente y futura lo habían visitado. ¿Cómo podría no tratar de ayudar? Efectivamente, los regalos todavía estaban todos allí en el buzón. Después de recibir un fuerte abrazo, cargamos dos bolsas grandes de regalos envueltos en la cajuela de su auto. Era una historia digna de una película de Hallmark Channel.

Tenemos experiencias durante todo el año de interacciones especiales con las personas a las que servimos. De alguna manera, estas historias parecen un poco más mágicas en esta época del año. No olvidemos que las personas merecen que las escuchemos y les respondamos con el mismo cuidado durante todo el año.

Esta puede ser una época del año en la que nuestras muchas tareas pueden parecer abrumadoras, pero creo que la mayoría de nosotros esperamos todos nuestros esfuerzos especiales. Espero que su conferencia haya compartido la responsabilidad de sus programas, para que nadie se queme. También espero que se asegure de que su propia familia no se sienta ignorada o excluida. Incluso nuestra Regla nos recuerda que “los vicentinos están disponibles para trabajar en las Conferencias después de cumplir con sus deberes familiares y profesionales”.

Finalmente, espero que cada uno de ustedes experimente la belleza de esta temporada navideña y sea bendecido con saber que Dios está con nosotros. Gocémonos y alegrémonos.

Serviens in spe,

Ralph Middlecamp
Estados Unidos

 

 


 

Dear Vincentian Friends,

 

For Vincentians, Advent is the season of conducting toy and gift drives, assembling special food baskets, and preparing holiday meal programs.  It is also the time of donor solicitation and, no doubt, some Christmas parties. Of course, the regular requests for home visits don’t take a break.

Most of our “special” Christmas programs require our neighbors in need to sign up, or we may send them an invitation to participate. These programs require this level of organization, but I have found that some of my most meaningful experiences have been with the person who was not on the list or who arrived just when we were about to close. I know making exceptions to program rules can create problems, but I have also found that when I listened to that person’s story, it often melted my heart.

Many of those stories are the ones I still remember. When I really listen to a person asking for me to make an exception to help them, it is a tough call. Usually, I still stick to the plan, but sometimes I am reminded of Mary and Joseph finding no room left in the inn. They had a pretty compelling story, and someone at least let them use the barn for shelter. Can I be at least that flexible?

I remember a father who came to ask if we had any toys left the day after our gift program. He was not on our list, but I learned he had nothing to give his children because a fire had destroyed their apartment that week. I realized that maybe he was conning me, but his gratitude for the gifts we did supply was real. It turned out he had been telling the truth, and we were able to help with furniture and food when the family relocated a few weeks later.

Sometimes when I listen to these stories, I experience a shared helplessness. One such instance was a Christmas Eve morning when parents with kids in their van asked if I knew of somewhere they could stay for the next week until their apartment was available on January 1st. All I could offer was a suggestion for a place where they could get a meal that evening and where there would be some gifts for the children.  Sometimes, these interactions have no elements of Christmas joy -- like the time I sat with a man who was crying because he was no longer welcome home for the holidays because of his addiction and past behavior. Sometimes, the only gift we can give is a listening presence to another human being.

A final story I will share involved a man who was so angry at his family on December 23rd that he took all his wrapped gifts and dumped them into one of our thrift store drop boxes. The next day, he regretted it. I was locking up on the afternoon of Christmas Eve when he came and begged me to go with him and retrieve those presents. Listening to the conversion experience he had the night before made me wonder what ghosts of Christmas past, present and future had visited him. How could I not try to help? Sure enough, the gifts were all still there in the drop box. After getting a big hug, we loaded two large bags of wrapped gifts into the trunk of his car. It was a story worthy of a Hallmark Channel movie.

We have experiences all year long of special interactions with the people we serve. Somehow, these stories seem a little more magical at this time of the year. Let’s not forget that people deserve to have us listen to them and respond to them with the same care all year long.

This can be a time of year when our many tasks can seem overwhelming, but I think most of us do look forward to all of our special efforts. I hope your conference has shared the responsibility for your programs, so that no one person gets burned out. I also hope you make sure your own family does not feel ignored or left out. Even our Rule reminds us that “Vincentians are available for work in the Conferences after fulfilling their family and professional duties.”

Finally, I hope each of you experiences the beauty of this Christmas season and is blessed with knowing that God is with us. Let us rejoice and be glad.

 

Serviens in spe,

Ralph Middlecamp

 

Por Jesús de las Heras Muela

(Periodista y sacerdote. Deán de la catedral de Sigüenza)

 

 

 

Con celebraciones, este sábado 16 de diciembre, a las 12 horas en San Pedro de la catedral de Sigüenza y el domingo 17, a las 19 horas, en la concatedral de Guadalajara

 

 

 

 

Cuando el próximo 23 de diciembre, don Atilano Rodríguez Martínez concluya su ministerio episcopal en Sigüenza-Guadalajara y se convierta ya en obispo emérito, habrán discurrido 4.648 días, esto es, 12 años, 8 meses y 21 días. Habrá pasado el periodo probablemente más pleno y fecundo de su vida. Un tiempo caracterizado por una entrega constante, generosa, cabal, serena, prudente, afectuosa, cercana, eficaz y sencilla a la grey que le fue confiada el 2 de abril de 2011, con nombramiento previo dos meses justos años.

Llega la hora, pues, de su despedida, aunque, al menos durante un tiempo, permanezca entre nosotros (concretamente, en Buenafuente del Sistal). Llega la hora de la acción de gracias por su ministerio y por su persona. Llega la hora de seguir comprobando y haciendo realidad el fértil dinamismo interno y permanente de la Iglesia, sacramento de Jesucristo, mediante la gracia y la roca firme de la sucesión apostólica, que, en la historia global de nuestra diócesis, hizo de él el 96 de sus obispos históricamente documentados. Llega, en definitiva, la hora de las renovadas plegaria, comunión y misión al servicio de la Iglesia, en concreto y siempre insertada en la Iglesia universal, de la Iglesia particular o diocesana de Sigüenza-Guadalajara. Llega, en suma, la hora de saber que Dios ha sido y es grande entre nosotros con don Atilano –como en su tiempo con sus predecesores y ahora y después con sus sucesores- y que estamos alegres y agradecidos.

 

Asturias, Zaragoza, Salamanca

Monseñor Atilano Rodríguez Martínez nació el 25 octubre de 1946 en Trascastro, pueblo de la parroquia de Leitariegos (concejo/municipio de Cangas del Narcea, Asturias). Cursó estudios eclesiásticos en el seminario de Oviedo, recibiendo la ordenación sacerdotal en su parroquia natal de manos de monseñor Gabino Díaz Merchán, arzobispo de Oviedo, el 15 de agosto de 1970. Está licenciado en Teología Dogmática por la Universidad Pontificia de Salamanca.

Desde octubre de 1970 y hasta agosto de 1973, sirvió sacerdotalmente en parroquias rurales, y de 1973 a 1977, en el seminario menor de Oviedo.

Solicitado por el arzobispo de Zaragoza, monseñor Elías Yanes Álvarez, que fue obispo de Oviedo de 1970 a 1978, pasa a dirigir la secretaria particular del prelado zaragozano en aquella diócesis, desde el 1 de julio de 1977 hasta el 30 de noviembre de 1992, en que, retornado a su diócesis natal, recibe el nombramiento de moderador del equipo sacerdotal de la parroquia de El Buen Pastor de Gijón, cargo que desempeñaba en el momento de ser nombrado auxiliar de Oviedo.

Don Atilano fue arcipreste de Gijón-Sur, miembro del consejo presbiteral y miembro del colegio de consultores de la diócesis ovetense.

 

 

Oviedo, Ciudad Rodrigo, Sigüenza-Guadalajara

Fue nombrado obispo auxiliar de Oviedo y titular de Horea por el Papa Juan Pablo II el día 5 de enero de 1996. Su consagración episcopal fue en la catedral de Oviedo el 18 de febrero de 1996, actuando como primer consagrante el arzobispo de Oviedo, Gabino Díaz Merchán, y como otros dos consagrantes principales el arzobispo de Zaragoza, Elías Yanes Álvarez, y el obispo de Sigüenza-Guadalajara, José Sánchez González, que en su día desempeñaron el ministerio episcopal como auxiliares de Díaz Merchán en la archidiócesis de Oviedo.

El 26 de febrero de 2003, con toma de posesión el siguiente 6 de abril, fue obispo de Ciudad Rodrigo, en tierras de la provincia de Salamanca y diócesis de la que es originario monseñor José Sánchez, obispo de nuestra diócesis desde el 17 de noviembre de 1991 al 2 de abril 2011, y a quien sucedió en nuestra diócesis.

El Papa Benedicto XVI lo nombró obispo de la diócesis de Sigüenza-Guadalajara el 2 de febrero de 2011 y su toma de posesión, en la catedral seguntina, fue en la tarde el sábado 2 de abril.

 

En la CEE y ahora, don Julián

En la Conferencia Episcopal Española (CEE,) en noviembre de 1996, fue adscrito a la Comisión Episcopal de Migraciones, encomendándole la atención pastoral de las misiones españolas en Francia. En marzo de 1999, pasó a las Comisiones Episcopales de Pastoral Social, de cuyo departamento de Pastoral Penitenciaria fue obispo responsable, y continuó también en Migraciones. Desde febrero de 2002 a marzo de 2014 perteneció a la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar, donde fue obispo consiliario nacional de la Acción Católica Española.

En marzo de 2014, regresó a la Comisión Episcopal de Pastoral Social, de la que fue obispo delegado para Cáritas Española. Tres años más tarde, pasó a presidir esta comisión episcopal, incorporándose, por ello a la Comisión Permanente de la CEE. En marzo de 2020, y tras la reestructuración de las comisiones episcopales, fue elegido presidente, por cuatro años, de nueva Comisión Episcopal para la Pastoral Social y la Promoción Humana, que integra los servicios de pastoral social, migraciones, pastoral de la salud, etc.

Dos años después de presentar, por razones de edad, su renuncia al gobierno pastoral de nuestra diócesis, el Papa Francisco aceptó dicha renuncia el martes 31 de octubre de 2023, nombrando, simultáneamente, obispo de Sigüenza-Guadalajara a monseñor Julián Ruiz Martorell (1957), desde el 5 de marzo de 2011 obispo de las diócesis de Jaca y de Huesca. Don Julián tomará posesión del servicio episcopal de nuestra diócesis el sábado 23 de diciembre, a partir de las 11 horas, en la catedral de Sigüenza. Hasta esta fecha, don Atilano es el administrador apostólico de Sigüenza-Guadalajara.

 

Sínodo y planes y cartas pastorales

 Sin afán exhaustivo y consciente de que muchos aspectos, concreciones y matices del ministerio de don Atilano como obispo de Sigüenza-Guadalajara pueden quedar en el tintero, los anales de nuestra historia recogerán, sin duda, el hecho de que él fue el primer obispo en convocar, ya en 2018, y poner en marcha (queda ya tan solo la final, la asamblea sinodal) un sínodo diocesano, el primero en 70 años y el primero, en consecuencia tras el Concilio Vaticano II (1062-1965) y la promulgación del vigente Código de Derecho Canónico (1983), que actualizaron, potenciaron y dinamizaron la estructura de los sínodos dentro de la Iglesia.

Con anterioridad, al sínodo de 1948, hubo, entre 1380 y 1655, otros once sínodos en el histórico obispado de Sigüenza. Pero las características y dinámicas de todos ellos no se asemejan en absoluto al actual.

Previamente a la convocatoria al sínodo y en concordancia con lo que se había haciendo en las últimos tres décadas, la pastoral diocesana tuvo como eje de actuación un entonces nuevo plan pastoral, en esta ocasión para los años 2014 y 2018, y titulado “El amor de Cristo nos urge”. Además, al comienzo de cada de sus trece cursos pastorales en que ha sido obispo ha escrito una carta pastoral temática.

 

Vicarios y arciprestazgos

Don Atilano ha tenido dos vicarios generales, con nombramientos respectivos en 2012 y 2014, y cinco vicarios episcopales. En 2018, redujo a siete los diez arciprestazgos diocesanos que había recibido. Con anterioridad, había ya cursado la visita pastoral canónica a todos los arciprestazgos y a la práctica totalidad de los pueblos y parroquias de la diócesis.

Además (ha sido un obispo muy popular y cercano), siempre se ha prodigado en visitar parroquias, arciprestazgos, sacerdotes, laicos, comunidades de vida consagrada y movimientos apostólicos, con una muy repleta agenda de actividades.

 

Pastoral, laicado, catedral, patrimonio, caridad

La institución del diaconado permanente, un nuevo directorio para la iniciación cristiana, nuevas reglamentaciones, orientaciones y disposiciones sobre pastoral de exequias, cementerios y tanatorios, creación de servicios diocesanos de transparencia y de prevención de abusos, estudios y debates sobre las unidades de acción pastoral, una asamblea sacerdotal durante cerca de un año y la promoción del laicado, incluso con cargos de responsabilidad en la curia y al frente de delegaciones diocesanas pastorales, han sido otros de sus quehaceres y logros.

Durante estos cerca de trece años, la catedral diocesana ha sido objeto de muy importantes y cuantiosas actuaciones. Catedral diocesana que vivió bajo su ministerio y auspicio episcopal el año jubilar del 850 aniversario de su consagración. Asimismo, deja un extraordinario legado en la rehabilitación de numerosos templos diocesanos, en la renovación y creación de infraestructuras pastorales y en todo el conjunto del patrimonio mueble e inmueble de la diócesis.

En fidelidad a su lema episcopal, “Misit me evangelizare pauperibus” (en español, “He sido a evangelizar a los pobres”, frase de Jesucristo, recogida en el evangelio de san Lucas), en estos trece años, toda la pastoral social y de caridad (con sus distintos sectores y secciones particulares) y singularmente a través de Cáritas Diocesana, ha seguido creciendo –un ejemplo al respecto puede ser el nuevo albergue Betania de Guadalajara- y prestando una muy amplia y variada respuesta a los más pobres y vulnerables.

 

Iglesia universal, mártires, vocaciones

 Durante este tiempo se han sucedido dos papas, Benedicto XVI y Francisco. La Iglesia universal, con ella nuestra diócesis, ha vivido los años especiales dedicados a la Fe (2012-2013), a la Vida Consagrada (2024-2025), a Santa Teresa de Jesús (2014-2015), a la Misericordia (2015-2016) y a la Sinodalidad (2021-2024).

Realizó la Visita ad Limina Apostolorum al Papa y a la Santa Sede en dos ocasiones (2014 y 2022), más el reciente encuentro (el 28 de noviembre pasado) de todos los obispos españoles con el Romano Pontífice.

Durante estos años, diez mártires diocesanos de la persecución religiosa en España entre 1931 y 1939 han sido declarados beatos. Asimismo, don Atilano ha promovido las causas de canonización del obispo Eustaquio Nieto y compañeros mártires en la diócesis y del también obispo Jesús Pla.

Ante la tan acusada y pertinaz sequía vocacional en toda la Iglesia en España y en Europa y ante el envejecimiento de nuestro clero, don Atilano ha promovido convenios de colaboración con diócesis africanas a fin de contar con la colaboración en nuestra diócesis de sacerdotes africanos. Y en medio de la citada y grave crisis vocacional, ha habido tres ordenaciones sacerdotales diocesanas (2015, 2022 y 2023) y en los próximos meses habrá una cuarta.

 

 

Publicado en Nueva Alcarria el 15 diciembre de 2023

Por Eduardo Marques Almeida


Conferencia Santa Margarida
Rio de Janeiro, Brasil

 

 

(el siguiente artículo lo puedes leer a continuación en castellano, portugués, francés e inglés)

 

Recientemente, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe (órgano de la Curia Romana encargado de promover y salvaguardar la fe y la moral) escribió una carta de respuesta al obispo Julito Cortes, de Dumanguete (Filipinas). El obispo Cortes había consultado al Dicasterio sobre cómo tratar el hecho de que en su diócesis ha aumentado el número de fieles afiliados a la masonería.

La carta de respuesta reforzaba lo que la declaración de 1983 de la Congregación para la Doctrina de la Fe afirmaba claramente: "la afiliación activa de un fiel a la masonería está prohibida a causa de la 'irreconciliabilidad' entre la doctrina católica y la masonería".

Como sabemos, cuando una persona se hace masón, adquiere el compromiso de situar la masonería por encima de cualquier otra afiliación religiosa o social.  Por tanto, si ser católico y masón a la vez no es posible, y si ser masón es superior a cualquier otra afiliación, la opción parece obvia: nada contra la masonería, y menos contra nuestros hermanos masones, pero si usted es masón, por favor, busque otra Iglesia en la que vivir su fe. 

Hace algunos años, el anterior Presidente General Internacional de la Sociedad de San Vicente de Paúl indicó en una entrevista que la SSVP debería acoger a nuestros hermanos masones.  Seguramente el error del presidente se debió a su desconocimiento de la declaración oficial de la Iglesia de 1983.  Los malentendidos ocurren...

Si la Iglesia católica y la masonería no son compatibles, entonces ser vicenciano y ser masón son también vocaciones irreconciliables.  Ahora bien, si un masón se compromete a poner la masonería por encima de cualquier otra afiliación (incluida la SSVP), la elección parece obvia: nada contra la masonería, y menos contra nuestros hermanos masones, pero si eres masón y vicenciano, por favor, deja la SSVP y busca otra forma de servir a los pobres.  ¡Hay muchas!  Los bienes de la SSVP están al servicio exclusivo de los pobres.

Dios nos da la capacidad de elegir lo que queremos para nuestra vida espiritual y secular.  Nos pide que elijamos, sobre todo cuando hay alguna incompatibilidad entre nuestra fe y vida fuera de la Iglesia.

Por otra parte, Dios también nos pide que no juzguemos a nadie: antes debemos quitarnos la "viga" de nuestro propio ojo que criticar la paja en el ojo de nuestro prójimo.  Por tanto, no corresponde a nadie juzgar a los demás, pero sí a cada uno ponerse la mano en la conciencia y tomar las decisiones correctas. 

La ignorancia sobre la incompatibilidad de la Iglesia y la masonería ya no es excusa para hacer afirmaciones incorrectas.  La Iglesia tiene clara la elección que debemos hacer; la masonería también tiene clara la elección que deben hacer sus miembros.  Corresponde al propio "masón vicentino" si tal existe, lo que no quiero llegar a creer, tomar conciencia de la incompatibilidad, reconocer con sinceridad de espíritu su implícito compromiso con la primacía de la masonería sobre la SSVP y por ello retirarse de su Conferencia.  La masonería, no es lugar para los católicos; incluso puede ser motivo del pecado de escándalo.

No creamos que, porque hemos hecho un compromiso secreto, Dios no ve nuestra alma.  Dios, y nadie más, conoce tan bien nuestro corazón que nos juzgará según nuestras elecciones y según su infinita misericordia. 

La SSVP no es medida por número de miembros: vive desde hace 190 años de nuestra elección sincera de la búsqueda de la santidad, de la fidelidad de nuestra fe a la Iglesia y de nuestro compromiso al servicio de nuestros Maestros y Señores.  Más bien, las Conferencias Vicencianas son un templo de vocaciones (pocas o muchas) que ejercen su fe tanto en el sagrario del Santísimo Sacramento como ante en el sagrario de la casa del Pobre o del Sufriente.

¡Que el Espíritu Santo nos guie en nuestras opciones y acciones!

 

 

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Igreja Católica e Maçonaria: são compatíveis?

Recentemente, o Dicastério para a Doutrina da Fé (órgão da Cúria Romana responsável pela promoção e salvaguarda da fé e da moral) escreveu uma carta-resposta a Dom Julito Cortes, bispo de Dumanguete, nas Filipinas[1]. Dom Cortes havia feito uma consulta ao Dicastério sobre como lidar com o fato de que em sua diocese, tem havido aumento de fiéis filiados à maçonaria.

A carta-resposta reforçou o que a declaração da Congregação para a Doutrina da Fé de 1983, dizia claramente: “a filiação ativa de um fiel à maçonaria é proibida, devido à ´irreconciliabilidade´ entre a doutrina católica e a maçonaria”.

Como sabemos, quando uma pessoa se torna maçom, faz um compromisso em que se compromete a colocar a maçonaria acima de qualquer outra filiação religiosa ou social.  Portanto, se ser católico e ser maçom, ao mesmo tempo, não é possível e se ser maçom é superior a qualquer outra afiliação, a escolha parece óbvia: nada contra a maçonaria, nem muito menos contra nossos irmãos maçons, mas se você é maçom, por favor, busque outra Igreja para viver a sua fé. 

Há alguns anos, o anterior Presidente Geral Internacional da Sociedade de São Vicente de Paulo indicou em uma entrevista que a SSVP deveria acolher os nossos irmãos da maçonaria.  Certamente, o equívoco do presidente se deveu à falta de conhecimento da declaração oficial da Igreja de 1983.  Equívocos acontecem...

Se Igreja Católica e maçonaria não compatíveis, ser vicentino e ser maçom também são vocações irreconciliáveis.  Ora, se o maçom tem o compromisso de colocar a maçonaria acima de qualquer outra filiação (inclusive acima da SSVP), a escolha parece óbvia: nada contra a maçonaria, nem muito menos contra nossos irmãos maçons, mas se você é maçom e é vicentino, por favor, deixe a SSVP e procure outra forma de servir ao Pobre.  Há muitas!  Os bens da SSVP são para serviço exclusivo aos Pobres.

Deus nos dá a capacidade de escolher o que queremos para a nossa vida espiritual e secular.  Ele nos pede que façamos escolhas, em particular, quando existe alguma incompatibilidade de nossa fé com nossa filiação secular.

Por outro lado, Deus também nos pede que não julguemos ninguém: antes devemos tirar a “trave” de nosso olho que criticar o cisco no olho de nosso próximo.  Não cabe a ninguém, portanto, julgar o outro, mas cabe a cada um colocar a mão na consciência e fazer as escolhas certas. 

A ignorância sobre a incompatibilidade entre Igreja e maçonaria não serve mais de desculpa para afirmações incorretas.  A Igreja é clara na escolha que devemos fazer; a maçonaria também é clara na escolha que seus membros devem fazer.  Cabe ao próprio “vicentino maçom”, se houver (o que não quero acreditar), tomar consciência da incompatibilidade, reconhecer com a sinceridade do espírito o seu compromisso implícito de primazia da maçonaria sobre a SSVP e, assim, retirar-se de sua Conferência.  A maçonaria não é lugar para os católicos, podendo até mesmo ser motivo do pecado de escândalo. 

Não creiamos que, porque realizamos um compromisso secreto, Deus não vê a nossa alma.  Deus, e ninguém mais, conhece tão bem o nosso coração que nos julgará segundo nossas escolhas e segundo a Sua infinita misericórdia. 

A SSVP não precisa de quantidade: ela viveu por 190 anos pela nossa escolha sincera da busca da santidade, pela fidelidade de nossa fé à Igreja e pelo compromisso com o serviço aos nossos Mestres e Senhores.  Antes, as Conferências Vicentinas são um templo de vocacionados (poucos ou muitos) que exercem a sua fé tanto no sacrário do Santíssimo Sacramento, quanto no sacrário da casa do Pobre ou do sofredor.

Que o Espírito Santo nos guie em nossas escolhas e em nossas ações!

Eduardo Marques Almeida

Conferência Santa Margarida

Rio de Janeiro, Brasil

 

 

[1] https://gaudiumpress.org/content/doutrina-da-fe-nao-se-pode-ser-catolico-e-macom/

 

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Église catholique et maçonnerie : sont-elles compatibles ?

 

Récemment, le Dicastère pour la doctrine de la foi (l'organe de la Curie romaine chargé de promouvoir et de sauvegarder la foi et la morale) a adressé une réponse à la lettre de   Mgr Julito Cortes, évêque de Dumanguete, aux Philippines. Mgr Cortes qui avait consulté le dicastère sur la manière de traiter le fait que, dans son diocèse, le nombre de fidèles affiliés à la maçonnerie avait augmenté.

 

La réponse a renforcé ce que la déclaration de 1983 de la Congrégation pour la doctrine de la foi a clairement indiqué : "l'affiliation active d'un fidèle à la maçonnerie est interdite en raison de l'"inconciliabilité" entre la doctrine catholique et la maçonnerie".

 

Comme nous le savons, lorsqu'une personne devient maçonne, elle s'engage à placer la maçonnerie au-dessus de toute autre appartenance religieuse ou sociale.  Par conséquent, 'être catholique et maçon, à la fois est impossible et si le fait d'être maçon est supérieur à toute autre appartenance, le choix semble évident : rien contre la maçonnerie, et encore moins contre nos frères maçons, mais si vous êtes maçon, s’il vous plaît, veuillez chercher une autre Église dans laquelle vivre votre foi.

 

Il y a quelques années, l'ancien président général international de la Société de Saint-Vincent-de-Paul a indiqué dans une interview que la SSVP devrait accueillir nos frères maçons.  L'erreur du président était certainement due à sa méconnaissance de la déclaration officielle de l'Eglise de 1983.  Les malentendus existent...

 

Si l'Eglise catholique et la maçonnerie ne sont pas compatibles, alors être vincentien et être maçon sont également des vocations inconciliables.  Maintenant, si un maçon s'engage à mettre la maçonnerie au-dessus de toute autre affiliation (y compris la SSVP), le choix semble évident : rien contre la maçonnerie, et encore moins contre nos frères maçons, mais si vous êtes maçon et vincentien, veuillez quitter s’il vous plaît la SSVP et chercher une autre façon de servir les pauvres.  Il y en a beaucoup !  Les biens de la SSVP sont au service exclusif des pauvres.

 

Dieu nous donne la possibilité de choisir ce que nous voulons pour notre vie spirituelle et séculière.  Il nous demande de faire des choix, notamment lorsqu'il y a incompatibilité entre notre foi et notre appartenance séculière.

 

D'autre part, Dieu nous demande aussi de ne juger personne : nous devrions plutôt enlever la "poutre" de notre propre œil que de critiquer la paillette dans l'œil de notre voisin.  Il n'appartient donc à personne de juger les autres, mais il appartient à chacun de mettre la main dans sa conscience et de faire les bons choix.

 

L'ignorance de l'incompatibilité entre l'Église et la maçonnerie n'est plus une excuse pour les déclarations incorrectes.  L'Eglise est claire sur le choix que nous devons faire ; la maçonnerie est également claire sur le choix que ses membres doivent faire.  Il appartient au "maçon vincentien" lui-même, s'il existe (ce que je ne veux pas croire), de prendre conscience de l'incompatibilité, de reconnaître avec sincérité son engagement implicite en faveur de sa primauté de la maçonnerie sur la SSVP, et donc de se retirer de sa Conférence.  La maçonnerie n'est pas un lieu pour les catholiques et peut leur être une cause de scandale. 

 

Ne croyons pas que lorsque nous prenons un engagement secret, Dieu ne voit pas notre âme.  Dieu, et personne d'autre, connaît si bien nos cœurs qu'il nous jugera selon nos choix et selon son infinie miséricorde. 

 

La SSVP n´est pas évaluée par le nombre de ses membres : elle vit depuis 190 ans de notre choix sincère de rechercher la sainteté, la fidélité de notre foi à l'Eglise et de notre engagement à servir nos Maîtres et Seigneurs.  Les Conférences Vincentiennes sont plutôt un temple de vocations (peu ou beaucoup) qui exercent leur foi aussi bien dans le tabernacle du Saint Sacrement que dans le tabernacle de la maison du Pauvre ou du Souffrant.

 

Que l'Esprit Saint nous guide dans nos choix et nos actions !

 

Eduardo Marques Almeida

Conférence St Marguerite Marie

Rio de Janeiro, Brésil

 

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Catholic Church and Freemasonry: are they compatible?

 

Recently, the Dicastery for the Doctrine of the Faith (the Roman Curia body responsible for promoting and safeguarding faith and morals) wrote a letter of reply to Bishop Julito Cortes of Dumanguete in the Philippines. Bishop Cortes had consulted the Dicastery on how to deal with the fact that in his diocese, there has been an increase in the number of faithful affiliated to Freemasonry.

 

The letter of reply reinforced what the Congregation for the Doctrine of the Faith's 1983 declaration clearly stated: "the active affiliation of a faithful to freemasonry is forbidden, due to the 'irreconcilability' between Catholic doctrine and freemasonry".

 

As we know, when a person becomes a Freemason, he or she makes a commitment to place Freemasonry above any other religious or social affiliation.  So, if being Catholic and being a Freemason at the same time is not possible, and if being a Freemason is superior to any other affiliation, the choice seems obvious: nothing against Freemasonry, and even less against our Freemason brothers and sisters, but if you are a Freemason, please look for another church in which to live your faith. 

 

A few years ago, the former International President General of the Society of St. Vincent de Paul indicated in an interview that the SSVP should welcome our Masonic brothers.  Surely, the president's mistake was due to a lack of knowledge of the Church's official declaration of 1983.  Mistakes happen...

 

If the Catholic Church and Freemasonry are not compatible, then being a Vincentian and being a Freemason are also irreconcilable vocations.  Now, if a Freemason is committed to putting Freemasonry above any other affiliation (including the SSVP), the choice seems obvious: nothing against Freemasonry, and even less against our Freemason brothers and sisters, but if you are a Freemason and a Vincentian, please leave the SSVP and look for another way to serve the Poor.  There are many!  The SSVP's assets are for the exclusive service of the Poor.

 

God gives us the ability to choose what we want for our spiritual and secular life.  He asks us to make choices, particularly when there is some incompatibility between our faith and our secular affiliation.

 

On the other hand, God also asks us not to judge anyone: we should rather remove the "beam" from our own eye than criticize the speck in our neighbor's eye.  It's not up to anyone, therefore, to judge the other, but it is up to everyone to put the hand at the conscience and make the right choices.

 

Ignorance about the incompatibility of the Church and Freemasonry is no longer an excuse for incorrect statements.  The Church is clear about the choice we must make; Freemasonry is also clear about the choice its members must make.  It is up to the "Freemason Vincentians" themselves, if they exist (which I don't want to believe), to become aware of the incompatibility, to recognize with sincerity of spirit their implicit commitment to the primacy of Freemasonry over the SSVP, and thus to withdraw from their Conferences. 

 

Let us not believe that because we make a secret commitment, God does not see our soul.  God, and no one else, knows our hearts so well that He will judge us according to our choices and according to His infinite mercy.

 

The SSVP is not measured by number of members: it has lived for 190 years by our sincere choice to seek holiness, by the fidelity of our faith to the Church and by our commitment to serve our Masters and Lords.  Rather, Vincentian Conferences are a temple of vocations (few or many) who exercise their faith both in the tabernacle of the Blessed Sacrament and in the tabernacle of the home of the Poor or the Sufferer.

 

May the Holy Spirit guide us in our choices and actions!

 

Eduardo Marques Almeida

St. Margaret Mary´s Conference

Rio de Janeiro, Brazil

 

Por Jesús de las Heras Muela

(Periodista y sacerdote. Deán de la catedral de Sigüenza)

 

 

 

Aunque es María en su asunción en cuerpo y alma a los cielos la advocación patronal diocesana, el culto a la Inmaculada es su rasgo mariano más fecundo

 

 

 

 

La Iglesia católica universal celebra con esplendor el 8 de diciembre la solemnidad litúrgica de la Inmaculada Concepción de María. Desde 1760, la Inmaculada es la patrona secundaria de España, tras el apóstol Santiago.

Y en nuestra diócesis de Sigüenza-Guadalajara, el culto y devoción a la Inmaculada Concepción de María es el aspecto más destacado de su historia mariana y mariológica, que, además, fue adelantado teológico y apóstol constante de esta verdad y misterio, proclamado dogma por el papa beato Pío IX el 8 de diciembre de 1854. Y, al respecto, he aquí los principales testimonios y ejemplos con epicentros, sobre todo, en Molina de Aragón, Sigüenza, Guadalajara, Horche y Pastrana.

 

 

Las Purezas de Molina

El 19 de junio de 1644, el Señorío de Molina de Aragón hizo solemne voto y juramento de “tener, defender y celebrar la Concepción sin culpa de la Virgen Madre de Dios”

 Más de un siglo antes, el Papa León X había honrado a Molina y su iglesia capitular de “Santa María la Mayor de San Gil” con el privilegio de poder celebrar en la medianoche del día 7 al 8 de diciembre de 1518 una misa en honor de la Inmaculada. Molina de Aragón conservó, aún después de perder su cabildo, este privilegio por decreto de León XIII, del año 1883, en la citada iglesia arciprestal. Hoy día esta Nochebuena anticipada es una de sus “honras”, una de sus señas de identidad, que durante tres años pude compartir.

 “La Sin pecado”, tal y como es llamada por las tierras frías y entrañables del Señorío, es muy querida allá. Un solemne novenario caldea los ánimos de los molineses hasta la llegada de la gran noche. “Las Purezas” son muestras musicales de este fervor y de esta historia tan unida con el pueblo.

Entre el 18 de febrero de 2018 y el 18 de febrero de 2019, Molina de Aragón conmemoró el quinto centenario de su privilegio inmaculista. Lo hizo con distintas iniciativas, como la exposición artística “In nocte ante festum”, la colocación de una escultura de la Inmaculada en la hornacina de la puerta principal del templo y la celebración de un novenario y fiesta jubilares, con gracia de la indulgencia plenaria, entre el 29 de noviembre y el 8 de diciembre. Y este año 2023, tras las importantísimas obras de restauración del citado templo (con una inversión de unos 900.000 euros), popularmente llamado de San Gil, la fiesta será especialmente significativa.

 

El Salto de la Hoguera en Horche

Una de las advocaciones patrias de Horche es precisamente la Inmaculada. En el siglo XVI se formó en el pueblo la Cofradía de Esclavitud de la Purísima, compuesta por 12 cofrades que representan las doce estrellas de san Juan en el libro del Apocalipsis. Esta cofradía se transformó en Hermandad de la Concepción Inmaculada de Nuestra Señora de la Soledad (esta última es la advocación mariana patronal de Horche, con fiesta el 8 de septiembre). Pedro Ibero Eraso fundó la Hermandad en 1670. Cuarenta años antes, en 1630, se consagró una capilla en honor de la Inmaculada.

Tras el rezo de Vísperas, en la tarde del día 7 y un ágape fraterno compuesto de sardinas asadas, se encienden doce hogueras que deben ser saltadas por los mozos. Ya en la mañana del día 8, el día de la fiesta, los cofrades con capa, sombrero y cirio acuden a la misa mayor, y por la tarde, nombran prioste de la cofradía para el nuevo año.

 

Los Monumentos a la Inmaculada

Tres grandes monumentos a la Inmaculada, cuales pairones de fe y amor filial, se alzan en esta tierra nuestra. Los dos primeros aluden al Año Santo Mariano de 1954, y en recuerdo al primer centenario de la proclamación del dogma de la Inmaculada por el Papa Pío IX. Son los de Sigüenza, junto a la iglesia de San Jerónimo del seminario mayor y el de Molina de Aragón, en el cerro de Santa Lucía.

 El 11 de mayo de 1968 el entonces Nuncio del Papa en España, Luigi Dadaglio, junto al obispo diocesano Laureano Castán, inauguro en la Plaza de Santa María de Guadalajara otro monumento.

 

El arte, el claustro, las fiestas

Otras cinco localidades de esta tierra reservan muestras artísticas y de vida religiosa contemplativa en honor de la Inmaculada: Sigüenza, Atienza, Pastrana, Guadalajara, Almonacid de Zorita y Budia.  Las dos primeras conservan dentro en espléndido patrimonio artístico dos espléndidas capillas bajo esta advocación mariana. Así, la más bella bóveda de la catedral de Sigüenza es la gótica de la capilla de la Concepción, en el claustro, cerrada tras la pasada guerra civil y reabierta hace una decena de años. Desde 2014, en esta capilla se muestra un óleo de El Greco sobre la anunciación y encarnación.

 La nave también catedralicia del Evangelio, en sus primeras estribaciones, guarda otro bellísimo espacio dedicado a la Virgen. Es la capilla, de combinado y florido estilo cisneriano, de la Anunciación, también llamada de la Purísima desde que, en 1905, para conmemorar las bodas de oro de esta definición de la Inmaculada, se instaló allí una bella talla murillesca de María Purísima en su Concepción, realizada por el entonces afamado escultor catalán afincado en Madrid Francisco Font i Pons.

Atienza, por su parte, en la iglesia de la Santísima Trinidad guarda también como uno de sus tesoros de primor otra capilla homónima.

 En 1559, santa Teresa de Jesús, siempre fémina inquieta y andariega, fundó en Pastrana el Carmelo Descalzo. Pero pronto las desavenencias con la Señora local, la princesa de Éboli (Ana de Mendoza de la Cerda), frustraron la realidad. En aquella iglesia teresiana, en 1575, se aposentaron monjas hijas de santa Beatriz de Silva, Concepcionistas Franciscanas, que crearon el convento de la Purísima Concepción y de San José, que ha llegado a nuestros días, como acontece con la iglesia del Carmen de Guadalajara, habitada también por monjas de la Inmaculada, congregación que hasta 1981 contó con una tercera casa de nuestra provincia, en Almonacid de Zorita, concretamente, en la iglesia de los Calatravas del siglo XVI.

En Budia, también hubo un convento, hoy en ruinas, en este caso de frailes carmelitas, dedicado a la Inmaculada Concepción.

 

Un obispo de Sigüenza, defensor en Trento del Privilegio

La historia del dogma de la Inmaculada es inequívoca muestra de las veces que el pueblo creyente se adelanta a la definición ex cátedra. Dicho queda que ésta no se produce hasta el 8 de diciembre de 1854, en los primeros compases del dificilísimo ministerio petrino de Pío IX, quien haría de la proclamación, de su significado profundo y hasta de su fecha un emblema durante todo su pontificado, que, con 32 años, ha sido el más largo de todos los tiempos.

 Tres siglos antes, el aula conciliar de Trento, estudió seriamente el tema, que, finalmente, se pospuso. Era en el primer período del Tridentino, celebrado en la capital del Alto Adige entre el 13 de diciembre de 1545 y el 2 de abril de 1547. Concretamente, en las sesiones V y VI. El tema de estudio era el “Pecado Original y la Justificación”, médula de la Reforma Protestante. Saber si la Virgen María tuvo o no pecado original surgía, pues, como consecuencia. Una de las voces más ardientes en la defensa del privilegio mariano fue la del cardenal Pedro de Pacheco, entonces obispo de Jaén y entre 1554 y 1560 obispo de Sigüenza.

 

"El obispo" de Pastrana

El obispo y fraile franciscano Pedro González de Mendoza (1569-1639), hijo de princesa de Éboli, nacido probablemente en Pastrana, es para esta noble villa alcarreña su "obispo". Allí vivió, allí fundó un colegio, y allí, en la colegiata, está enterrado. Fray Pedro González de Mendoza, descendiente del Gran Cardenal de España, del mismo nombre, se crió en la corte del Rey Felipe II e ingresó fraile menor en el convento de La Salceda, del que fue guardián. Posteriormente, fue, de modo sucesivo, obispo electo de Osma, arzobispo de Granada, arzobispo de Zaragoza y obispo de Sigüenza. Rigió la sede seguntina entre 1623 y 1639.

 Interesa también fray Pedro González de Mendoza en estos apuntes históricos sobre la tradición inmaculista de nuestra diócesis por su amplia y prolongada correspondencia epistolar con los Reyes Felipe III y Felipe IV, en defensa y en argumentación de las razones por la que se debía solicitar al Papa la definición del dogma de la Inmaculada Concepción de María, tema que inquietaba especialmente a Felipe III ante los planteamientos contrarios que le hacía llegar al respecto su confesor. Muchas de estas cartas -algunas de ellas en texto originales- se conservan en la colegiata de Pastrana.

 

Cabildo de Sigüenza y Ayuntamiento de Guadalajara

En 1644, siendo arzobispo-obispo de Sigüenza Fernando de Andrade y Sotomayor, Rey de las Españas Felipe IV y Romano Pontífice de la Iglesia Católica Urbano VIII, el cabildo de la catedral seguntina emitió un solemne voto y juramento de defensa de la Inmaculada Concepción de María.

 Este juramento es anticipo de unas súplicas por la Inmaculada Madre del redentor que la iglesia seguntina elevó a Clemente XII, Papa entre 1730 y 1740 y quien estuvo a punto de definir este dogma mariano. La primera de ellas es del entonces obispo de Sigüenza fray José García y Castro (1727-1746), franciscano, fechada el 12 de octubre de 1732. Ese mismo día la Universidad de Sigüenza, con su rector, Miguel Falcó, y los catedráticos de Teología y Derecho, Manuel Lázaro y Blas Minayo, hacen lo propio. Por fin, el 17 de octubre del mismo año el cabildo seguntino eleva una nueva súplica, firmada, primeramente, por su deán Antonio Carrillo de Mendoza, y que es todo un tratado teológico sobre la Inmaculada Concepción.

Unos días antes, el Ayuntamiento de la ciudad de Guadalajara, entonces perteneciente eclesiásticamente a la archidiócesis de Toledo, y el cabildo colegial de Medinaceli, en la provincia de Soria, y obispado de Sigüenza hasta 1955, elevaron sendas súplicas al Romano Pontífice en el mismo sentido. La de Guadalajara va fechada el 7 de octubre de 1732 y firmada en primer lugar por el conde de Medina y Contreras, y la de Medinaceli está datada el 10 de octubre del mismo año y encabeza su firma el abad de la colegiata Diego de Buenaventura.

 

 

Publicado en Nueva Alcarria el 8 diciembre de 2023

Por Alfonso Olmos

→ Director de la Oficina de Información de la Diócesis 

 

 

 

Con los evangelios de los cuatro domingos de este tiempo de preparación para la Navidad, nos acercamos a la celebración del nacimiento del Señor. La palabra que el Señor nos dirige, nos ayuda a encaminar nuestros pasos.

¡Velad! Es la primera palabra de este Adviento. Estar siempre en actitud de espera y vigilantes. Es difícil. Nos cuesta. Velar es estar pendiente; pero un estar pendiente que conlleva cuidar y custodiar. Cuidar nuestras formas y nuestros modos, nuestra vida y nuestra fe. Custodiar nuestro corazón moralmente, para no apartarnos de Dios.

Y al continuar el camino del Adviento ir preparados. Preparando todo lo que conforma nuestra vida, para crecer en nuestra relación con Dios. Oración, algo de austeridad o ayuno de cosas superfluas. Vivir una especie de disciplina que nos lleve al encuentro con los otros enderezando los senderos de la incomprensión, del rencor o del resentimiento; es decir abandonar lo que nos separa de los demás.

Como tercera palabra un nombre propio: Juan. Él no es la luz, y lo sabe, pero da testimonio de la luz. Sin duda, hermoso el testimonio. No en vano el nombre significa fidelidad a Dios. A veces nos creemos dioses y no lo somos. Cuanto más humildes, más cerca de la luz, más testigos de la luz. Hemos sido bautizados como hijos de la luz. Se nos confía acrecentar esa luz con fidelidad. Que, iluminados por Cristo, caminemos siempre como hijos de la luz y perseveremos en la fe.

Y por fin otro nombre propio de Adviento: María. La esclava del Señor, la que se puso a disposición de Dios, la que supo decir sí. “Hágase en mi según tu palabra”. Y eso a ella, y a nosotros, si sabemos responder lo mismo a Dios, nos permitirá vivir la alegría en plenitud. La alegría de sentirnos hijos de Dios y hermanos de Jesús que viene a nuestro mundo para salvarnos. ¿Qué más se puede pedir?

 

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