Una de las variaciones más llamativas que ha traído el confinamiento sanitario es el cambio de fechas para las celebraciones de primera comunión. A ello se suma la imperiosidad de hacer ceremonias de acortada asistencia.
Anulado casi todo junio, las parroquias despliegan el calendario ante las familias para fijar fechas nuevas, que se van eligiendo entre la primera parte del verano y los meses de septiembre y octubre por lo que atañe a las parroquias mayores.
Un ejemplo en Guadalajara es la del Santísimo Sacramento, que ha empezado el último fin de semana de junio, sábado y domingo, con varias ceremonias de primeras comuniones en grupos de cuatro niños.
En semanas siguientes habrá otras celebraciones semejantes y algunas más en el mes de septiembre.
Además, hay niños y niñas que han elegido, este año más que en otros, el pueblo de la familia para celebrarlo. Por lo general, parroquias y familias han consensuado el tramo de septiembre y octubre.