1.- El religioso agustino Celso García Hernández fue acusado en el año 2010 de conductas inapropiadas con menores y cumplió la condena que se le impuso.
2.- Paralelamente se llevó a cabo el correspondiente proceso canónico, cuya pena también ha cumplido.
3.- Ante la petición del Superior Provincial de la Congregación y el deseo expreso del interesado, teniendo en cuenta la dignidad de toda persona, la capacidad de su reinserción pastoral y la presencia de su anciana madre en Guadalajara, fue acogido por un tiempo en la diócesis de Sigüenza-Guadalajara para trabajar pastoralmente en una zona rural, comprometiéndose firmemente a tener especial cuidado en la relación con los menores.
4.- El Obispo de la diócesis, asumió la responsabilidad de acompañarle durante su estancia en la misma, y de velar paternalmente por su persona, llevándose a cabo un seguimiento minucioso de su actividad para garantizar su recto comportamiento, pudiendo manifestar que en este momento, el P. Celso está perfectamente integrado con los hermanos sacerdotes y con los miembros de las comunidades parroquiales que lo han acogido con afecto sincero.
5.- Secundando los criterios del Santo Padre sobre los abusos a menores por los miembros de la Iglesia y los actuales protocolos en relación con el tema, la diócesis de Sigüenza-Guadalajara está comprometida en la erradicación de los posibles delitos de pederastia cometidos por sacerdotes o por otros agentes de pastoral. Asimismo manifestamos la disponibilidad a escuchar a las posibles víctimas, a acompañarlas en todo momento y, por supuesto, a la colaboración con la justicia.
6.- Expresamos nuestro compromiso de luchar decididamente para evitar que sucedan hechos de esta naturaleza y que no produzcan tan gravísimo daño a todos los que confían en la Iglesia y sus pastores, en su inmensa mayoría ejemplares. Invitamos una vez más a seguir orando y acompañando a los sacerdotes, así como a la colaboración activa con ellos en la acción pastoral.