El 11 de noviembre de 1998 el entonces obispo diocesano José Sánchez González firmó el decreto de creación de una nueva parroquia con el nombre de San Diego de Alcalá en el barrio Las Lomas–Aguas Vivas de la ciudad de Guadalajara. Al cumplirse veinticinco años, la comunidad parroquial ha celebrado la efeméride con solemnidad durante el pasado fin de semana.

Actos destacados han sido una exposición fotográfica retrospectiva, un concierto de música cristiana, la misa solemne presidida por el administrador apostólico diocesano  Atilano Rodríguez Martínez, la procesión con la imagen de San Diego de Alcalá y una comida de fraternidad. Participaron en los actos principales los párrocos fundador y actual, Pedro Cañamares Moreno y Ángel Luis Toledano Ibarra, algunos otros sacerdotes, varias religiosas y un nutrido grupo de fieles laicos integrantes de esta comunidad. Una jornada entrañable más a sumar al año jubilar parroquial en curso.

El lunes 6 han comenzado dos nuevos cursos en la Escuela Diocesana de Teología que, según es habitual, se impartirán en los seis lunes que van del 13 de noviembre hasta el 18 de diciembre. En el curso institucional se imparte la asignatura 2Ingtroducción a la moral’, a cargo de Jesús Montejano. Y el curso monográfico iniciado trata sobre ‘La mujer en el Nuevo Testamento’, que explica el biblista Óscar Merino.

Durante estas dos semanas de noviembre discurrirán las seis sesiones formativas del curso que la Delegación Diocesana de Enseñanza ofrece a los profesores de Religión, tanto en activo como apuntados en la bolsa de trabajo. El curso se titula ‘Diez años del Papa Francisco’ y se ofrece en sesiones vespertinas de los lunes, martes y miércoles de estas dos semanas. Lo imparte el equipo de la Delegación de Enseñanza, que forman Pedro Moreno, Cristina Aguilar y Santiago Moranchel.

Del 2 al 5 de noviembre se ha realizado un encuentro europeo en Guadalajara de jóvenes y adolescentes de las "casas familias" de la Comunidad Papa Juan XXIII que tienen presencia en la capital provincial. Han sido días intensos de reflexión humana y evangélica en contacto con las realidades de vulnerabilidad existen en la ciudad de Guadalajara, como son los casos de la población migrante, las personas sin hogar de Betania, el equipo de fútbol intercultural “Sin fronteras-más que futbol” y la población de etnia gitana del Alamín.

Al término de las actividades se celebró, en la parroquia de Santa María Micaela, una eucaristía de acción de gracias, presidida por el párroco, don Pedro Moreno, y animada por el coro “Scalabrini”. Fueron días intensos en los cuales los jóvenes, llegados de Grecia, Italia, Francia, Holanda y España, entre otros lugares, brindaron a los organizadores de la Comunidad Papa Juan XXIII ejemplos de entrega y entusiasmo, signos de una Iglesia viva y en salida.