Un año más, y siguiendo la programación del Plan Pastoral Diocesano, celebramos la asamblea del Pueblo de Dios bajo el lema: Vocación y misión del laico.
Comenzamos nuestra jornada con una oración que nos situó ante la centralidad de Cristo en nuestras vidas. Resonó nuevamente con fuerza la llamada a acogerlo que Juan Pablo II hace en la ChFL 34: Abrid de par en par las puertas a Cristo, acogedlo en el ámbito de la propia humanidad…
Gran parte de la mañana transcurrió con las dos ponencias de Juan Pablo García Maestro:
- - Identidad del cristiano en una sociedad secularizada y plural ¿Qué cristianismo tiene futuro?
- - Hacia una Iglesia servicial y participativa
El ponente nos situó ante “los desafíos demostrar nuestra identidad, que como creyentes tenemos hoy, en este mundo plural en el pensamiento y también en las carencias”. Nos recordó en palabras del Papa Francisco la llamada a dar el don más precioso: el Evangelio: Cristo. (EG 270)
Señalóque la Iglesia no puede ser una colección de creyentes individuales (porque sería una Iglesia enferma y moribunda) sino comunidad de comunidades. Y que como comunidad eclesial tenemos una responsabilidad y misión tanto en el mundo como en la propia Iglesia.
La segunda parte de su exposición se centro más específicamente en la reflexión sobre el papel del laicado en la Iglesia. Comenzó señalando la importancia de los nº de EG 68, 75, 102, 111 y 134 con relación al laicado. Partió de la constatación que hace el Papa de la necesidad de superar todo clericalismo para renovar las parroquias y crear un estilo nuevo de pastoral.Su disertación se centró en tres aspectos fundamentales:
- El sentido del bautismo y lo que de él se deriva;
- El don de la fe implica un testimonio y compromiso público, porque“los laicos son hombres y mujeresde la Iglesia en el corazón del mundo y hombres y mujeres del mundo en el corazón de la Iglesia” ( III Asamblea del Celam1979)
- La aportación del Vaticano II a la renovación de los laicos en la Iglesia desde las categoría de Iglesia pueblo de Dios. Para terminar respondiendo a la inquietud de cómo diseñar una pedagogía de la participación eclesial.
Tras un espacio de descanso y conversación, disfrutando de un café, nos reunimos nuevamente, esta vez por grupos, para participar en los talleres: parroquia, familia, implicación social, generar cultura, misiones, asociacionismo seglar, mundo del trabajo, presencia pública. Los talleres fueron coordinados por miembros de las distintas Delegaciones o Instituciones diocesanas, a quienes les agradecemos su colaboración y buen hacer.
Iniciamos la tarde, de la mano de Álvaro Ruiz, adentrándonos desde el cine en fragmentos de películas no religiosas, pero que “nos salen al paso para interpelarnos sobre nuestro vivir cristiano y evangelizador”. En ForrestGump vimos como gracias a todo lo aportado por su madre, este personaje “pese a su “disminución” psíquica hace el bien hasta extremos de heroicidad”. En Matar un ruiseñor además del papel de abogado honrado vimos a Atticus Find como padre educador que acompaña a sus dos hijos con sabiduría y acierto.
La escafandra y mariposa señala el gran papel que juegan los otros en la vida del protagonista que “en plenitud de vida y del éxito, queda reducido al máximo”, “´solo un ojo como parte activa de su cuerpo”; gracias a otras personas “logro escribir un libro, dictado gracias a su único ojo activo”. Por último en el festín de Babette observamos la conversión en torno a la cena servida y preparada por la criada Babette, capaz de invertir todo su dinero en esta cena.
Pudimos disfrutar del testimonio Fernando Sánchez y Raquel Anchuelo que junto con Pablo, su bebé y Alba, su niña de tres años, se hicieron presentes en la asamblea. Compartieron con nosotros no sólo su encuentro con Dios y su proceso de crecimiento en la fe, sino también sus opciones de vida, las decisiones y “giros” que les ha supuesto su apuesta por la transmisión del Evangelio.Nos contagiaron su entusiasmo creyente y la importancia de vivir el Evangelio desde la sencillez y la búsqueda inquietante de Dios
Al finalizar su testimonio, pudimos disfrutar de la música, nos regalaron sus voces y los acordes de du guitarra interpretandoel himno que compusieron para el encuentro de jóvenes y adolescentes:“Únete al lio”.
A continuación, el Equipo de la Delegación para la Nueva Evangelización, presentó las catequesis que durante este año se trabajaran en toda la Diócesis.
Clausuramos la jornada con la celebración de la Eucaristía presidida por D. Atilano. Al finalizar se nos entregó como símbolo una huella, recogiendo el sentido de toda la jornada: tras las huellas del maestro, dejando sus huellas en las nuestras.