Por Jesús de las Heras Muela
(Periodista y sacerdote. Deán de la catedral de Sigüenza)
El Papa Francisco abre el Jubileo 2025 a las 19 horas del martes 24 de diciembre en la basílica vaticana y nuestro obispo lo hará en la catedral el domingo 29 a las 12 horas
(1) Lo que es, en general, un jubileo.- Un Año Santo o Año Jubilar es un momento un tiempo de gracia, (la duración del mismo se estipula en la bula o decreto de convocatoria) en el que la Iglesia concede especiales gracias espirituales (indulgencias) con motivo de un acontecimiento eclesial de gran relevancia.
Los años santos o jubilares ordinarios y universales (para toda la Iglesia) tienen lugar cada 25 años, en los que se celebra el aniversario del nacimiento de Jesucristo. La Iglesia también pueda declarar otros años jubilares o santos con carácter extraordinario, tanto de carácter universal (por ejemplo, el Año de la Misericordia 2015-2016) y de carácter particular (local y/o diocesano), como aconteció, por ejemplo, del 19 de junio de 2018 al 19 de junio de 2019 en el Año Jubilar de la Catedral de Sigüenza con ocasión del 850 aniversario de la consagración de este templo catedralicio.
(2) Lo que es, en particular, este jubileo.- En este caso, en el Jubileo de 2025 estamos ante un jubileo ordinario y universal. Un jubileo romano que se extiende a toda la Iglesia, mediante la determinación de los lugares (habitualmente todas las iglesias catedrales y concatedrales) donde poder percibir la gracia jubilar. Es el vigésimo séptimo año jubilar ordinario de la historia y transcurrirá desde el 24 de diciembre de 2024 al 6 de enero de 2026.
Será el primer jubileo ordinario convocado y presidido por el Papa Francisco, quien, del 8 de diciembre de 2015 al 20 de noviembre de 2016, ya presidió un jubileo extraordinario, el Jubileo de la Misericordia. Será el tercer año jubilar universal del siglo XXI (el primero fue el Gran Jubileo del Año 2000, con el Papa Juan Pablo II).
(3) Bajo el signo de la esperanza.- Por decisión del Papa Francisco este jubileo ordinario y universal de 2025 está puesto bajo el signo y la clave de la esperanza (“Peregrinos de esperanza” es su lema).
Pero no es un jubileo temático dedicado a la esperanza, como sí fue temático el citado jubileo de la misericordia. Una situación similar a esta aconteció en 1975. Aquel año jubilar ordinario fue puesto por el Papa Pablo VI bajo la el signo y la clave de la reconciliación
(4) Bula jubilar.- La bula (el nombre técnico e histórico del documento mediante el cual un papa convoca un año jubilar y explica su razón, finalidad, modalidades y fechas) del Jubileo 2025 fue firmada por el Papa Francisco, el 9 de mayo de 2024, tras el rezo de las segundas vísperas de la solemnidad de la Ascensión del Señor.
“Spes non confundit” (en español, “La esperanza no defrauda”), frase de la carta del apóstol a los Romanos (Romanos 5, 5), es su título.
(5) Logo y lema de este jubileo.- La esperanza la expresa también ya el logo del Jubileo 2025, que representa cuatro figuras estilizadas que indican la humanidad proveniente desde los cuatro rincones de la tierra. Abrazadas entre ellas, indican la solidaridad y la fraternidad que une a los pueblos.
La primera figura está aferrada a la cruz. Es el signo no solo de la fe que abraza, sino también de la esperanza que nunca puede ser abandonada, porque necesitamos siempre de ella, sobre todo en los momentos de mayor necesidad.
Al respecto, la parte inferior de la cruz que se alarga transformándose en un ancla y que se impone sobre el movimiento de las olas. Es el ancla de la esperanza, que, a su vez, es el nombre que en la jerga marina se da al ancla de reserva usada por las embarcaciones para hacer maniobras de emergencia que permitan estabilizar la barca durante las tormentas.
La cruz no es estática, sino dinámica y se curva hacia la humanidad, saliendo a su encuentro y no dejándola sola, ofreciendo la certeza de la presencia y la seguridad de la esperanza. Se destaca, finalmente, con color verde el lema del jubileo 2025: “Peregrinantes in Spem” (“Peregrinos de esperanza”).
(6) Himno y oración de este jubileo.- El texto del himno ha sido preparado por Pierangelo Sequeri y musicalizado por Francesco Meneghello, ambos italianos. Los temas presentes en el himno son la creación, la fraternidad, la ternura de Dios y la esperanza. El estribillo del himno es este: “Llama viva para mi esperanza, / que este canto llegue hasta ti, / seno eterno de infinita vida, / me encamino, yo confío en ti”.
La oración oficial del Jubileo 2025 reza así: ”Padre, que estás en el cielo,/ la fe que nos has donado en/ tu Hijo Jesucristo, nuestro hermano,/y la llama de caridad/ infundida en nuestros corazones por el Espíritu Santo,/ despierten en nosotros la bienaventurada esperanza en la venida de tu Reino./ Tu gracia nos transforme/ en dedicados cultivadores de las semillas del Evangelio/ que fermenten la humanidad y el cosmos,/en espera confiada/de los cielos nuevos y de la tierra nueva,/cuando, vencidas las fuerzas del mal,/ se manifestará para siempre tu gloria. La gracia del Jubileo reavive en nosotros, / Peregrinos de Esperanza, / el anhelo de los bienes celestiales/ y derrame en el mundo entero/ la alegría y la paz/ de nuestro Redentor. / A ti, Dios bendito eternamente, / sea la alabanza y la gloria por los siglos. / Amén”.
(7) Epicentros jubilares.- Por su misma identidad (jubileo romano, como ya se dijo antes, jubileo también ordinario y universal), la ciudad de Roma es el epicentro del jubileo. Y lo es singularmente en las cuatro basílicas papales, antes llamadas basílicas patriarcales o mayores (San Pedro del Vaticano, Santa María la Mayor, San Pablo Extramuros y San Juan de Letrán o el Salvador). Además, el Papa Francisco abrirá una puerta jubilar el 26 de diciembre en el Centro Penitenciario de Rebibbia, en las afueras de Roma.
También son templos jubilares todas las catedrales y concatedrales de la Iglesia y aquellos templos singulares que los obispos determinen en sus diócesis. En nuestro caso concreto, el obispo de Sigüenza-Guadalajara ha determinado que sean lugares jubilares la catedral de Sigüenza, la concatedral de Guadalajara y el Centro Diocesano de Acción Social y Caritativa “Casa Nazaret” de Guadalajara. Precisamente, la remodelación del edificio y la ampliación de los servicios (Cáritas, incluidos su comedor y albergue, Manos Unidas, Misiones, Migraciones, …) de Casa Nazaret, creada en 1995 en el número 9 de la Avenida de Venezuela de Guadalajara, fue el “hito social” de nuestra diócesis con ocasión del Gran Jubileo del Año 2000.
(8) La peregrinación.- Como ya se puede deducir de todo lo anterior, para recibir las gracias jubilares es precisa la peregrinación. Ponerse en camino como expresión no solo de movilidad física, sino, sobre todo, de transformación de uno mismo, de salida en búsqueda de un encuentro, de una meta.
Etimológicamente, la palabra “peregrinación” significa “a través de los campos”, “cruce de fronteras, y es, de este modo, una experiencia de conversión mediante la cual se orienta la propia experiencia hacia Dios.
Una peregrinación, en suma, que es siempre una apuesta y hasta una aventura de encuentro y de descubrimiento con la creación, con otras personas, con uno mismo y con Dios. Una peregrinación que comienza ya con decisión de hacer el camino y se ponerse en él.
(9) La Puerta Santa.- Leemos en el evangelio según San Juan: “Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos” (Juan 10, 9). La puerta, el entrar por la puerta santa, es quizás el signo más característico de los jubileos. La apertura solemne de esta puerta constituye el inicio oficial del año santo, al igual que su clausura se simboliza con el cierre de dicha puerta.
La meta de la peregrinación es llegar a los umbrales de esta puerta santa y poder atravesarla. Su umbral es espacio de lo sagrado y comunión del bautizado con Cristo, es el lugar del encuentro y del diálogo, de la reconciliación y de la paz, que ansía todo peregrino.
Originariamente solo había puerta santa en la basílica lateranense de Roma (la catedral del Papa) y donde el 22 de febrero de 1300 el Papa Bonifacio VIII introdujo en la vida de la Iglesia los años jubilares. Pero, ante la afluencia tan creciente y numerosa de peregrinos, se decidió que las otras tres basílicas mayores de Roma (Santa María la Mayor, San Pedro en el Vaticano y San Pablo en la Vía Ostiense) también tuvieran sus respectivas puertas santas.
(10) Requisitos para recibir las gracias jubilares.- El beneficio espiritual del Año Santo o Jubilar es el perdón de los pecados. Para lograrlo, el cristiano debe alcanzar la indulgencia plenaria, viviendo activamente el Jubileo y cumpliendo las disposiciones establecidas por la Santa Sede.
Se podrá diariamente alcanzar la indulgencia plenaria, cumpliendo las disposiciones establecidas por la Santa Sede: (1) Arrepentimiento por los pecados y deseo de conversión. (2) Peregrinación a un templo o lugar jubilar. (3) Orar por las intenciones del Papa y por el Año Jubilar (Padre Nuestro, Credo y Salve). (4) Recepción del sacramento de la confesión. (5) Recepción de la comunión sacramental. (6) Es también recomendable una obra de caridad o de misericordia.
Publicado en Nueva Alcarria el 20 de diciembre de 2024