El obispo de Sigüenza-Guadalajara, Atilano Rodríguez, ha concelebrado con un centenar y medio de sacerdotes la misa crismal en la que se bendicen los óleos de los catecúmenos y de los enfermos y se consagra el crisma. Como cada martes santo la catedral de Sigüenza acoge esta celebración anticipada del jueves santo para posibilitar la participación del clero, que en la ceremonia renueva ante el obispo y la comunidad reunida sus promesas sacerdotales.
Tras un retiro espiritual predicado por el vicario episcopal para la vida consagrada, y recientemente nombrado por el papa Francisco misionero de la misericordia, Ángel Moreno, celebrado en el colegio episcopal de la Sagrada Familia, los sacerdotes se han revestido en la famosa sacristía de las Cabezas de la fortis seguntina. A continuación se ha iniciado una procesión cantando las letanías de los santos, que ha salido a la plaza mayor de la ciudad mitrada por la puerta del Mercado, para entrar de nuevo por la puerta de la Misericordia del templo jubilar, adornada para la ocasión.
En la celebración se ha tenido un recuerdo especial para las víctimas de los atentados de Bruselas, y el obispo ha insistido en la práctica de las obras de misericordia como itinerario espiritual y sacerdotal. Al finalizar la eucaristía los arciprestes han recibido las crismeras para poder hacer llegar a los sacerdotes los óleos y el crisma. La jornada ha concluido con una comida de hermandad.
