El domingo pasado celebrábamos la fiesta de Pentecostés. Comenzamos con una vigilia presidida por nuestro obispo D. Atilano en las Adoratrices, una vigilia que de la mano de María, al igual que cuando estaba reunida con los apóstoles, asistiendo al nacimiento de la iglesia, desde la palabra, la meditación y la oración nos disponíamos para acoger la acción de Dios y su Espíritu para hacer cuanto nos pide.
Hoy se nos pide estar en salida, y mostrar el rostro de Dios, y somos llamados a ser instrumentos para la misión, el domingo nos pusimos en camino, preparando un paseo de la misericordia, y mostrar el rostro de misericordia de nuestra iglesia diocesana.
Participaron los movimientos de nuestra diócesis, delegaciones, pastoral penitenciaria, caritas, manos unidas, conferencias San Vicente de Paúl… fue una tarde de alegría, congregados junto al Señor en la carpa de la Misericordia, y donde los sacerdotes también participaron por el recinto del parque ofreciendo misericordia, a través del sacramento de la reconciliación.
Todo comenzó desde los preparativos, trabajando juntos, montando la tienda de oración, decorándola para el Señor, un testimonio de alegría, para el que pasaba por allí, fue un día festivo terminando a los pies del Señor, y con la alegría del ser cristianos con un concierto rock de CSC(católicos sin complejos).