El vicario episcopal de las zonas rurales, Jesús Molina Alcántara, ha enviado una carta a parroquias, comunidades y movimientos solicitando colaboración para animar las celebraciones de verano en los pueblos cargados de fieles, sobre todo en el mes de agosto. En ella, además de exhortar a vivir la fe en el ambiente popular y en las fiestas patronales de tantas pequeñas parroquias, pide a sacerdotes, religiosos y laicos que echen una mano a los párrocos para organizar la atención pastoral de los domingos y de las jornadas festivas extraordinarias.
TIEMPO DE VERANO: VIVIR LA FE EN NUESTROS PUEBLOS
En el tiempo de verano, nuestra diócesis de Sigüenza-Guadalajara muestra una de sus características más importantes y que condicionan la forma de atención pastoral de nuestras comunidades y parroquias rurales.
Muchas familias regresan durante este tiempo a sus pueblos de origen. Renace la vida que durante el invierno, por causa de la despoblación, ha estado muy mermada.
Es momento de descanso, de convivencia y encuentro, de actividades populares. Las fiestas patronales se han ido concentrando en estos meses de verano, y especialmente durante el mes de agosto.
El verano es tiempo y oportunidad de vivir la fe en el lugar y con las tradiciones y formas que son parte de nuestra historia personal y familiar.
En la zona rural de nuestra iglesia diocesana, el tiempo de verano nos hace sentir más intensamente la escasez de sacerdotes. Surgen dificultades para la atención de las muchas parroquias encomendadas a cada párroco.
Es importante que todos seamos conscientes de esta realidad y aprovechemos la situación para crecer en corresponsabilidad y en colaboración. Sirvan estas palabras para agradecer y para motivar la dedicación y entrega de todos en favorecer la vida de fe de cada una de nuestras parroquias, por pequeñas que sean.
- Agradecer y alentar la implicación en el cuidado, limpieza y mantenimiento de nuestro templo parroquial, para que pueda servir de espacio de oración y celebración comunitaria y personal, y, tantas veces, de muestra artística y cultural.
- Agradecer y motivar el esfuerzo de colaboración y apoyo de los sacerdotes y diáconos, que se organizan para ello o que dedican un tiempo en la propia parroquia o en las vecinas, desde el merecido tiempo de descanso en el pueblo.
- Agradecer y pedir la comprensión y flexibilidad de cada pueblo para organizar las celebraciones propias teniendo en cuenta las de las parroquias vecinas. Un ruego especial para evitar cualquier planteamiento de rigidez o intransigencia que añade una dificultad y sufrimiento innecesario y entorpecedor de la buena marcha.
- Motivar a todos los cristianos y cristianas, especialmente a los religiosos, a poner los dones y cualidades propias para alentar y organizar la vida de oración, la escucha de la palabra, las novenas...
Hagamos todo lo que esté en nuestras manos para hacer posible la vida de fe durante este verano en cada uno de nuestros pueblos. Y que la mediación de María, madre de Misericordia nos muestre a Jesucristo, rostro de la Misericordia del Padre y nos aliente en la vida y obras de misericordia hacia todos aquellos con los que vamos a compartir este tiempo de verano.
Jesús Molina Alcántara
Vicario Episcopal para la zona rural