Desde hace cincuenta años, el día uno de enero es, para la Iglesia católica, la Jornada mundial de oración por la Paz. Con tal motivo el papa escribe un mensaje de nítidos trazos en que invita a trabajar por la paz entre las naciones y a rezar por que la humanidad logre la convivencia universal en paz; mensaje que es enviado a las Cancillerías de todo el mundo y, también, señala la línea diplomática de la Santa Sede para el año que inicia.
La propuesta de este año responde al lema “La No-Violencia: un estilo de política para la paz”, sobre el que el papa Francisco reflexiona en su mensaje. Las parroquias y comunidades católicas ambientan las celebraciones religiosas de la jornada con tal espíritu, enmarcado en la solemnidad litúrgica de Santa María, madre de Dios.