El 7 de julio, fue un gran día para el apostolado seglar. Comenzamos un camino de interioridad en la Catedral de Sigüenza. En este año jubilar, celebramos la eucaristía, para después compartir con las hermanas clarisas. Ellas nos contaron cómo fue su llamada y cómo se sienten siendo elegidas para esta vocación a la vida contemplativa.
Fue un gran día, que tras comer todos juntos finalizó visitando Atienza y sus museos con un gran guía. Gracias D. Agustín.