La Virgen del Rosario es fiesta de tradición y arraigo en los pueblos de la diócesis, bien en el primer domingo de octubre, bien en el día de su festividad litúrgica, día 7, bien en el segundo domingo de octubre.
Así, con variados matices y tradiciones populares, se celebra en Anguita, Saúca, Alovera, Clares, Rienda, Condemios de Abajo, Torremocha del Pinar, Yélamos de Arriba, Carabias, Ocentejo, Traid, Robledo de Corpes, Alcolea del Pinar, Adobes, Tomellosa de Tajuña, Horche, Cantalojas, Ledanca, Puebla de Beleña, Palazuelos, Setiles, Torre del Burgo, Romancos, Galve de Sorbe, Sotodosos, Almadrones, Barriopedro, Castilblanco de Henares, Zorita de los Canes, Semillas, El Sotillo, Moranchel, Ciruelos del Pinar o en la parroquia seguntina de San Vicente.
La fiesta del Rosario fue instituida por el Papa San Pío V en 1571. Hace, pues, 446 años. Esta festividad, que fue creada tras la victoria de la batalla de Lepanto, ha calado muy hondo en la religiosidad popular. La Cofradía de la Virgen del Rosario ha sido, en la historia de la diócesis una de las más comunes.
La práctica del rezo del Rosario es una devoción muy fecunda y muy recomendada por la Iglesia, con la familia, las misiones y la paz como principales destinatarios de su fruto. Octubre es el mes del Rosario. Y en realidad, todos los meses del año son tiempo de María Santísima.