En el Hospital Universitario de Guadalajara, en la mañana del miércoles 29 de abril, falleció, por causas naturales ajenas al Covid 19, el sacerdote diocesano Antonio Herrera Riofrío. Había nacido en Membrillera el 13 de junio de 1926. Fue enterrado en el cementerio parroquial de su pueblo natal. Estudió en el seminario de Sigüenza, donde fue ordenado sacerdote el 3 de mayo de 1951.
Dotado de cualidades musicales y organizativas, don de gentes y celo apostólico, sirvió en distintas parroquias de la diócesis, entre ellas, con sus entonces respectivos anejos, Hiendelaencina, Yélamos de Arriba, Albalate de Zorita, Brihuega y finalmente en San Antonio de Padua de Guadalajara. Entre 1987 y 1988 fue vicario episcopal territorial. Hasta su muerte, ha sido capellán de la Residencia Hogar “Los Olmos” y del vecino Cuartel de la Guardia Civil de Guadalajara.