El obispo diocesano, Atilano Rodríguez, ha firmado un decreto por el que se deroga el del pasado 15 de marzo, que “suprimía el culto público en la diócesis”, adecuando las directrices diocesanas ya vigentes por el Estado de Alarma a consecuencia de la pandemia del coronavirus, a la actual normativa para la flexibilización de determinadas restricciones, que las autoridades sanitarias dictaminan para la Fase 1 de la transición hacia la normalidad, que han sido publicadas en el Boletín Oficial de Estado este 9 de mayo y que entrarán en vigor el lunes 11 en la provincia de Guadalajara.
De esta forma el obispo pide prudencia y responsabilidad a todos los diocesanos a la hora de la participación en el culto público, recordando que sigue vigente la dispensa del precepto dominical, decretada el 13 de marzo, y recomendando, “vivamente”, a las personas que puedan ser parte de los grupos de riesgo, especialmente a los mayores y a los enfermos, que participen, como hasta ahora, de las celebraciones religiosas “por los medios de comunicación”.
El prelado hace propias las disposiciones ministeriales para toda la diócesis, así como las propuestas de la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Española, publicadas el pasado 29 de abril, para la celebración del culto público.
Con estas directrices el prelado quiere promover la corresponsabilidad entre los que participen en celebraciones religiosas para evitar, entre todos, la propagación del virus y los contagios.