El obispo de Sigüenza-Guadalajara, Atilano Rodríguez, presidirá el jueves 4 de junio, fiesta litúrgica de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote, la Misa Crismal en la que se consagra el Santo Crisma y se bendicen los óleos, que se utilizan en distintos sacramentos y otras ceremonias, como manifestación de comunión de los sacerdotes con el propio obispo.
Con el crisma consagrado por el obispo se ungen a los bautizados, son sellados los confirmados y ungidas las manos de los presbíteros. También se consagran con el crisma los altares y las iglesias. Con el óleo de los catecúmenos, estos se preparan y disponen al bautismo. Con el óleo de los enfermos, los que sufren achaques o dolencias, reciben el alivio en su debilidad.
Esta celebración, propia de la mañana del Jueves Santo, suele tener lugar en nuestra diócesis en los días previos al Triduo Pascual para facilitar la participación de todos los sacerdotes que, en ella, renuevan las promesas de la ordenación. No obstante, en situaciones excepcionales, se puede tener en algún día cercano a la Pascua.
Con motivo de las medidas asumidas por la pandemia del Covid-19 de distanciamiento social, y el cese de culto público en las iglesias por responsabilidad y prudencia, siguiendo las directrices sanitarias, la Misa Crismal no pudo celebrares el pasado Martes Santo, como de costubre, en la catedral de Sigüenza. Es por eso que el obispo ha determinado celebrarla ahora, al inicio del Tiempo Ordinario, para así iniciar, con cierta normalidad, la vida sacramental de la diócesis y reanimar espiritualmente la misma tras el confinamiento.
A la celebración de la Misa Crismal excepcionalmente este año, dadas las circunstancias actuales, han sido convocados solamente los vicarios, los arciprestes, el cabildo y las delegaciones para el clero y de liturgia, insistiendo en que si alguno de los convocados, por motivos de salud o ser persona de riesgo, considera que no puede asistir, está justificada su ausencia. Si algún arcipreste no pudiera participar, es deseable que deleguen la misión en el vicearcipreste, o en otra persona, para recoger los santos óleos que después serán distribuidos entre los sacerdotes para la celebración de los sacramentos.
Al no estar todos los sacerdotes presentes por las circunstancias descritas se ha determinado que, este año, en la celebración de la Misa Crismal no se lleve a cabo la renovación de las promesas sacerdotales, en las que el obispo exhorta a los presbíteros a conservar la fidelidad a su ministerio. La eucaristía será a las 11 de la mañana en la capilla mayor de la catedral, con la participación de los fieles que regularmente asiste a la misa capitular.
