Nuestra Iglesia para seguir ayudando a los demás necesita ser ayudada, máxime tras estos meses del coronavirus sin apenas recibir ingresos de los fieles. Es la hora de la imaginación de la caridad y de la colaboración con Cáritas y con nuestras parroquias y diócesis.
Así, además de un reciente convenio entre la Diputación Provincial y Cáritas Diocesana, los cofrades de Guadalajara han entregado a Caritas 2.000 kilos de alimentos. Y la catedral de Sigüenza ha reabierto su histórica Arca de la Misericordia, en este caso mediante un arca similar y más pequeña (Arca de Caridad), y desde el día de la Ascensión se están recibiendo significativos donativos en metálico de los fieles. La acción asistencia de la Iglesia católica prosigue con Cáritas a la cabeza de otras instituciones que siguen solicitando fraternidad y proclamando que la señal de los cristianos es la caridad.