La comisión permanente del consejo de dirección del Sínodo mantuvo, el pasado 26 de junio, una reunión para revisar y hacer memoria del camino sinodal recorrido por la diócesis hasta que, el pasado mes de marzo a causa de la pandemia del Covid-19, hubo que suspender los trabajos que estaban llevando a cabo los grupos sinodales.
Durante la sesión de trabajo también se trató cómo afrontar el futuro tan incierto, que esta situación inesperada obliga a replantearse las formas de llevar a término el camino iniciado.
Por una parte, y aunque la programación inicial se haya visto interrumpida, hay que insistir en la sensibilización y en la oración, tanto individual como comunitaria, por el fruto del sínodo. Además, los responsables de preparar los materiales para la reflexión de los grupos siguen trabajando en la elaboración de los mismos, teniendo en cuenta los cambios personales, sociales y eclesiales que ha provocado la pandemia.
Por otra parte, teniendo en el horizonte el inicio del próximo curso pastoral, se contemplan dos posibilidades de trabajo. Si las actividades pudieran comenzar sin riesgos y con cierta normalidad, se seguirá trabajando en grupos los cuadernos como hasta ahora. Si, a causa de la pandemia, estos no pudieran reunirse se pueden contemplar alternativas virtuales. No obstante, siendo conscientes de la importancia de la reunión del grupo, si continuaran las restricciones o el distanciamiento social a causa del coronavirus, se cree conveniente aplazar los trabajos hasta un momento más oportuno.