Este fin de semana, 20, 21 y 22 de Febrero, 29 parejas de novios, procedentes del arciprestazgo de Guadalajara y de pueblos como Marchamalo, Yunquera, Azuqueca, Alovera, Horche, Uceda, Pastrana..., han participado en la convivencia de Preparación al Matrimonio y Vida Familiar, que tenía lugar en la Casa Diocesana, desde el viernes a las ocho de la tarde hasta el domingo a las dos y media. Seis matrimonios, del Equipo de Preparación al Matrimonio y Vida Familiar, hemos acompañado en todo momento el encuentro, al se han unido en momentos puntuales dos sacerdotes. Organizados en dos grupos, hemos ido repasando los temas propuestos en el Directorio de Pastoral Familiar por la CEE.
Desde la pelicula (con palomitas), las exposiciones, las dinámicas, las oraciones, el momento de la comida, los cafés, la preparación de la misa, la evaluación del curso … hemos compartido intensamente, un tiempo de gracia en el que la Santa Madre Iglesia se hace presente. Terminaba el curso con la Eucaristía del domingo en la concatedral de Santa María, donde coincidimos con el grupo de padres y niños de preparación a la primera comunión. Momento que también supuso un enriquecimiento para los novios, al poder ver como se materializa el acompañamiento de los padres en la fe de los hijos.
Se ha querido proponer en este curso, el itinerario post-matrimonial, para lo cual, se organizó en la tarde-noche del sábado un encuentro con matrimonios que participan en movimientos o comunidades, contando con la presencia de Encuentro Matrimonial, Hogares de D. Bosco, Grupos de Matrimonios parroquiales, Grupo de Matrimonios de las Servidoras del Evangelio, Comunidad Papa Juan XXIII, Camino Neocatecumenal…. que aportaron testimonios de matrimonios y familias que viven la Vocación al Amor de una manera específica. Destacaron todos ellos la importancia de no estar solo, como matrimonio o como familia, la importancia del acompañamiento del sacerdote o consagrados en los grupos, de las situaciones comunes que se viven y sobre todo y específicamente, el quererse dejar acompañar por Dios en todo momento.
Las parejas participantes han dejado constancia de la novedad que ha supuesto para la mayoría de ellos el propio curso, los temas tratados, la implicación de los “catequistas”… el tono de acogida y apertura con el que se han encontrado. Han valorado positivamente lo compartido con otras parejas y la oportunidad de diálogo sobre esos temas entre propia pareja.
El curso se acaba pero la preparación sigue, ya no por nuestra cuenta, sino por cuenta de todos los que desde parroquias, movimientos, grupos…, acogemos, escuchamos y queramos acompañarles en su proyecto de familia cristiana.