5 de diciembre. Día Internacional del Voluntariado
Cáritas Diocesana Sigüenza-Guadalajara agradece a los 564 voluntarios su compromiso junto a los más empobrecidos y sobre todo en este momento tan difícil de pandemia
Con motivo del Día Internacional del Voluntariado, Cáritas Diocesana Sigüenza-Guadalajara agradece y pone en valor el gran desafío que han tenido y tienen los voluntarios de Cáritas, acompañando a los más débiles y golpeados por esta crisis en nuestra provincia. En Cáritas Diocesana Sigüenza-Guadalajara hay 625 voluntarios, que han tenido que adaptar su voluntariado a la actual situación.
Cáritas reconoce que el testimonio de los voluntarios es fundamental en medio de un mundo en el que persisten numerosas formas de injusticias, porque ellos aman el bien común y buscan el bien de todas las personas, sintiéndose parte activa en la rehabilitación y sanación de una sociedad herida.
El aporte de todos los voluntarios a la sociedad pasa por la esperanza, el acompañamiento, los cuidados que dan a las personas más empobrecidas de Guadalajara, desde la más genuina caridad y el trabajo en red, tratando de generar procesos sociales de fraternidad y justicia social para todos y luchando para que los derechos humanos de los más excluidos sean respetados.
Enfermos, ancianos, migrantes, personas sin hogar, familias vulnerables, madres, esperan cada día a los voluntarios de Cáritas, que les llevan la esperanza, la alegría, el rostro misericordioso de Dios. Asimismo, según indica el delegado episcopal de Cáritas Española, Vicente Martín, “los voluntarios cuidan la fragilidad humana con proximidad solidaria y atenta, se hacen cargo del dolor sin pasar de largo de los que están al costado de la vida, consideran las dificultades como oportunidades para crecer, creen plenamente en las personas, por muy empobrecidas y excluidas que estén”.
Desde Cáritas Diocesana Sigüenza-Guadalajara se reconoce y se agradece todo el valor que los voluntarios aportan a la sociedad y a la Iglesia, pues lo más pobres encuentran en ellos a alguien que los defiende, que les acompaña en la vida, y que sostiene su esperanza, actuáis y sois capaces de cambiar la realidad que os rodea.
Como dijo el Papa Francisco en 2018 a los voluntarios de la Isla de Cerdeña “continuar con pasión vuestra misión, buscando todas las formas posibles y constructivas para despertar en la opinión pública la necesidad de comprometerse por el bien común, en apoyo de los débiles y de los pobres”.