Esta semana se completa el tiempo litúrgico de Navidad con dos fiestas de muy antigua tradición: la Epifanía, el miércoles 6, y el Bautismo del Señor, el domingo 10. Ambas coinciden en el sentido de fondo, que no es otro que la manifestación del rostro salvador de Cristo. El día de Epifanía -de Reyes Magos, en denominación popular- centra la atención en el Niño recién nacido al que descubren como enviado de Dios los Magos o extranjeros procedentes de tierras lejanas. Y en la fiesta del Bautismo, Cristo se muestra en el momento de iniciar su período de predicación de la buena noticia del Reino de Dios.