Bajo el lema ‘La vida consagrada, parábola de fraternidad en un mundo herido’, las comunidades religiosas católicas tienen su jornada en la fiesta de la Presentación del Señor, 2 de febrero. La conmemoración mira a valorar cada vez más el testimonio y la vocación de las mujeres y los hombres que han elegido dedicar su vida a Cristo en una orden, en una congregación, en alguna familia religiosa. Los religiosos y religiosas que están presentes en la diócesis tendrán celebración eucarística a las siete de la tarde del 2 de febrero en la concatedral de Santa María. Al igual que en años anteriores, presidirá el obispo Atilano Rodríguez, que centra en la presencia y vida de los consagrados su carta semanal. Por su parte, los obispos de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada han publicado un mensaje que centra la celebración en la generosidad de vida según la Fratelli Tutti y en la circunstancia sanitaria del año Covid-19.