(1) El aforo de nuestros templos es del 40% de su espacio total y que hay guardar distancia de seguridad y llevar mascarilla y con la recomendación de usar hidrogel. Como de todos es sabido, la pandemia obliga a ser muy restrictivos y prudentes en relación con actividades y convocatorias grupales y especiales, que se han ajustar a los distintos protocolos sanitarios.
(2) Sí se pueden tener el ejercicio del Vía Crucis, aunque sea estático y en los templos; se ha de procurar la participación más frecuente y presencial posible en la eucaristía y en la meditación y lectura orante de la Palabra de Dios; sí puede haber en los templos o en lugares adecuados y acondicionados a la normativa vigente, conferencias o charlas cuaresmales o similares; y también recibir y administrar el sacramento de la confesión.
(3) Se mantienen en vigor la abstinencia de carne durante todos los viernes cuaresmales y el ayuno y la abstinencia el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo, según la normativa general de la Iglesia, y estas praxis penitenciales y otras que cada uno decida se pueden ofrecer por el final de la pandemia y por las personas más damnificadas por ellas.
(4) Esta Cuaresma ha de intensificar asimismo el ejercicio de caridad, la limosna cuaresmal, que seguir apoyando a Cáritas y/o en de la Campaña de Manos Unidas contra el Hambre, por ejemplo ya puede encontrar evidentes y tan necesitados y necesarios destinatarios; limosna o caridad que sea asimismo de intensificar precisamente en razón de la pandemia.
(5) Como es obvio, no podrá haber procesiones ni convocatorias de actos en la vía pública. Al efecto, el obispo diocesano firmó un decreto, con fecha de 16 de febrero, según el cual, y teniendo en cuenta la situación sanitaria, se suprimen las procesiones y actos en la vía pública en todo el territorio diocesano.
(6) Y esta Cuaresma de 2021, la segunda en pandemia, pero no en confinamiento, ha de buscar fórmulas pastorales alternativas para hacer presente la riqueza e importancia de la Cuaresma y de la Semana Santa. Así, el obispo diocesano pide que los templos permanezcan abiertos el mayor tiempo posible, sobre todo en los días principales. Igualmente nuestro obispo reitera, por un lado, prudencia y observación de las normas sanitarias en las celebraciones religiosas; y, por otro lado, anima a sacerdotes, cofrades y familias a cuidar la vivencia religiosa tanto en los templos como en los hogares y en los ámbitos cofrades.