Se ha celebrado el pasado lunes 17 de Mayo un nuevo círculo de silencio en el aparcamiento de la Casa Nazaret de Guadalajara.
En esta ocasión el Círculo de silencio tenía como lema “cuidar la vida en el trabajo” aprovechando que el pasado 1 de Mayo se celebraba la Fiesta del Trabajo. Tuvimos en el centro del círculo algunos objetos que nos hacían referencia al mundo del trabajo: un casco, un chaleco amarillo, un ladrillo, unos guantes, un cuaderno y un boli… Estos objetos nos ayudaron a centrar nuestra atención en las condiciones en las que se realiza el trabajo y las circunstancias de las personas que lo desempeñan.
Silencio que era palpable y que de vez en cuando se interrumpía por unos sonidos de fondo que a modo de “hilo musical” nos acompañaba muy acertadamente sin que nosotros lo hubiéramos preparado: el ruido de un martilleo, el ruido al soldar piezas metálicas en la obra que se está realizando en los exteriores de Casa Nazaret. Este improvisado fondo musical fue un añadido al círculo de silencio muy significativo que nos ayudó a pensar en las personas que en ese mismo momento estaban trabajando subidas a una estructura de escalera que están construyendo.
También nos ayudó en la reflexión sentir el calor intenso que esa mañana cerca de mediodía hacía; caíamos en la cuenta de que trabajar al aire libre y soportar las inclemencias del tiempo es los que muchos hermanos nuestros sufren todos los días en su jornada laboral.
Silencio que al finalizar rompimos leyendo las frases que portábamos los participantes, éstas son algunas: “trabajar en el campo entre fertilizantes y sin protección, vulnera mi salud”, “trabajar sin contrato nos pone en riesgo”, “que el lugar de trabajo sea un lugar seguro donde se cuide siempre la vida del trabajador”, “denunciamos las causas que están detrás de los accidentes laborales: la falta de control en las medidas de seguridad, la escasa formación, el empleo precario o la economía sumergida”.
La última frase que resonó es del Papa Francisco: “…una vez más dirijo un apremiante llamamiento para que no prevalezca la lógica del provecho, sino la de la solidaridad y la justicia. ¡En el centro de toda cuestión, también la laboral, haya que colocar siempre a la persona y su dignidad! ¡Con el trabajo no se juega! (Roma, 3 de septiembre de 2014).
Agradecimos una vez más este pequeño momento de reflexión y silencio que nos permite pararnos y “escuchar” en medio del silencio la vida de las personas.