Pasado mañana, domingo 13 de junio, es san Antonio de Padua, cuyo nombre original era Fernando, nació en Lisboa en la segunda mitad del siglo XII. Formaba parte de una ilustre familia lusa. Se hizo primero religioso en la orden de los canónigos regulares de San Agustín. Pero gracias a un amigo suyo que había conocido a Francisco de Asís, se hizo religioso franciscano, poco después de su ordenación sacerdotal.
Quiso ser misionero en Marruecos. Sin embargo, una vez ya miembro de la Orden Franciscana, sus superiores dispusieron para él un camino de consagración distinto al que Antonio había pensado: no sería misionero, sino predicador popular y profesor de Teología, en Padua, próspera ciudad del noreste de Italia, que atesora sus reliquias en una bella, devota y siempre bien concurrida basílica.
San Antonio de Padua es fiesta en numerosos pueblos de la diócesis. Baste citar algunos ejemplos: Alcolea del Pinar, Alcolea de las Peñas, Barbatona, Viana de Mondéjar, Gajanejos, El Recuenco, Cogollor, familia franciscana de Guadalajara y de Sigüenza, Cobeta, Baños de Tajo, Canales del Ducado, Val de San García, Aranzueque, Albares… Lógicamente, las celebraciones que se desarrollen se habrán de ajustar a las normativas diocesanas vigentes, que, hasta nueva disposición, excluyen la posibilidad de procesión, romerías y actos con fieles en el exterior de los templos.
Litúrgicamente al ser este año domingo el 13 de junio, prevalece el domingo, excepto en las parroquias y comunidades donde la memoria de san Antonio de Padua sea solemnidad.
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