La obra ha contado con las aportaciones económicas de FADETA, el ayuntamiento, el obispado y de los propios vecinos
La ermita de la Virgen de la Esperanza de Durón, situada en un altozano sobre las aguas del Tajo remansadas de Entrepeñas y quizás con las mejores vistas de este embalse, se vistió con sus mejores galas para la inauguración tras las importantes obras de remodelación y adecuación que se han llevado a cabo en el templo durante cinco años.
El acto de inauguración tuvo lugar el pasado viernes, con celebración una misa presidida por el Obispo de la Diócesis Sigüenza-Guadalajara, Don Atilano Rodríguez; quien estuvo acompañado por don José Sánchez, obispo emérito de nuestra diócesis y concelebrada con media docena de sacerdotes de la comarca, entre ellos el párroco de la localidad, don Antonio Delgado.
En los primeros bancos del templo se encontraban, Jesús Ortega Molina, presidente de FADETA, entidad que aportó más del sesenta por ciento del montante económico necesario para la ejecución de las obras; y del alcalde de la localidad, Juan Ramírez García, acompañado de la corporación municipal; así como un centenar de hijos de Durón, respetando en todo momento las directrices sanitarias impuestas. La parte musical la puso el coro Enmanuel.
Tras la misa se procedió a la subasta de los roscos de la virgen, una tradición de muchos años y en la que participan los vecinos de la villa alcarreña.
Las obras de restauración, que se han invertido más de 180.000 euros, han consistido principalmente en la consolidación y cimentación del templo, ya que durante más de 60 años han aparecido numerosas grietas que hacían temer por su estabilidad, así como en la reparación de la cubierta, seriamente dañada. También se ha procedido a una intervencion integral en el interior del templo consistente en cerramiento de grietas, pintura, limpieza y una nueva iluminación con placas solares.
Estas obras han contado con la principal aportación económica de FADETA con unos 85.000 euros; el ayuntamiento y el obispado han aportado a las obras unos 25.000 euros cada entidad y la hermandad de Nuestra Señora de la Esperanza y la parroquia con unos con 13.000 euros.
Para Ortega Molina “es una obra que merecía la pena ejecutar en una ermita que se construyó en los años 50 y que tenia un problema de cimentación. Es un edificio histórico que ha sido restaurado con la aportación de todos. La ermita de la Virgen de la Esperanza es una ermita comarcal y entre todos tenemos que apoyarlo para que el edificio histórico se mantenga”. Para FADETA” es la obra más importante que hemos financiado en la rehabilitación de iglesias en nuestra comarca y creo que merecía la pena”, concluyó el presidente de la entidad comarcal.
Par el alcalde, Juan Ramírez “es una satisfacción la obra llevada a cabo en la ermita, en la que desde el ayuntamiento hemos colaborado en las obras de rehabilitación con una aportación económica de unos 250000 euros, así como en otras aportaciones del dia a dia que han sido necesarias.
“Hemos estado de obras desde 2016 que es cuando se iniciaron los primeros trabajos de cimentación y aunque los trabajos se han demorado en el tiempo, especialmente en la rehabilitación interior y exterior, ya hoy la damos por terminada y ha merecido la pena”, manifestaba el alcalde.
Para el párroco de la localidad, don Antonio Delgado, “es un sueño hecho realidad, porque cuando veíamos las obras no nos imaginábamos que se podría terminar la rehabilitación, porque no teníamos medios materiales ni económicos y no veíamos una solución que fuera factible para poder terminar las obras”.
Por último, para el obispo de la diócesis “era necesario afrontar la restauración de esta ermita porque si no se nos venia abajo, entre otras cosas por problemas de cimentación. Yo valoro la restauración como un esfuerzo y una expresión de la fe del pueblo de Durón, pero sobre todo también de las instituciones que hemos colaborado para hacer posible la obra. Así mismo tengo que agradecer la aportación económica importante de FADETA, la del ayuntamiento, la del propio obispado y la de la parroquia y las cofradías. Ha sido una colaboración mutua y entre todos ha sido posible restaurarla”, concluía el obispo.
