La diócesis de Sigüenza-Guadalajara volvió a celebrar una ordenación sacerdotal siete años después. Enrique López Ruiz, de 32 años y natural de Guadalajara, fue ordenado sacerdote el pasado 15 de mayo en la catedral seguntina por imposición de manos del obispo, monseñor Atilano Rodríguez. Decenas de fieles, sacerdotes, familiares y compañeros del Seminario de Madrid, donde se ha formado el ordenando, acompañaron al joven en este día tan especial.
D. Atilano se refirió en su homilía al amor hasta el extremo, como el de Jesús, que ha de ser seña de identidad de los cristianos. Un deber esencial también para los sacerdotes, en palabras del prelado.
“Querido Enrique, el Señor te llamó y te eligió. Hoy te va a consagrar mediante la ordenación presbiteral y te enviará en misión poniéndote sus palabras en tu boca”, le recordó el obispo al joven ordenando. Le animó a no tener miedo en los momentos de cruz, porque “el Señor, cumpliendo sus promesas, siempre va delante de ti para prepararte el camino y acompañarte mediante la acción constante del Espíritu Santo”. Y le exhortó a dejar huella en los demás: “Que los pobres y los alejados de la Iglesia encuentren en ti un padre y un hermano que escucha, acoge y comprende. Que nadie pase por tu vida sin experimentar que Dios le ama”.
El prelado le recordó la importancia de la “presencia del misterio de Dios” en el camino de la santidad. En primer lugar, le animó a celebrar la Eucaristía “con paz, con recogimiento y sin prisas”: “Que sea lo mejor de tu jornada”. También destacó la celebración del sacramento de la penitencia: “No permitas que nadie se vaya de tu lado sin haber experimentado el amor misericordioso de Dios”. Y, como culmen, la vivencia de la caridad: “Cada día has de esforzarte por ser pastor según el corazón de Cristo, curando las heridas de los hermanos con el bálsamo de la caridad”.
Al final de su homilía, D. Atilano pidió a María por Enrique: “Que la Santísima Virgen, la Madre de Jesucristo, la primera en amar y en cuidar del único Sacerdote, te proteja y acompañe con su intercesión, para que crezcas constantemente en la identificación con Jesucristo”.
La Eucaristía prosiguió con el rito de ordenación, por el que Enrique López Ruiz se convirtió en sacerdote para siempre. Al acabar, el nuevo presbítero compartió el júbilo por su ordenación con los asistentes.
Primera Misa
D. Enrique López celebró su Primera Misa en la concatedral de Santa María, en Guadalajara, en la tarde del viernes 20 de mayo. En su homilía, se apoyó en el Evangelio proclamado para recordar que el Señor “elige a cada uno a una vocación muy concreta por amor y por amor le pone a cada uno lo que necesita para llevar a cabo esa vocación a la que ha sido llamado”.
El joven sacerdote invitó a que cada uno se pregunte por cómo ama: “Que pongamos todas las fuerzas para tener un Corazón como el Señor, para tener un amor libre, donde todo el mundo tiene cabida”, exhortó.
También habló con agradecimiento del amor de Dios que ha experimentado en su vida, a través de su familia, su parroquia, sacerdotes, etc. Y aseguró que eso conduce a “poner siempre el amor a los que tengo cerca por delante del amor que me tengo que tener incluso a mí mismo. Porque, al fin al cabo, es lo que hizo el Señor y lo que Él nos pide”.