El llamado Papa de la sonrisa y de los 33 días, Albino Luciani, nació, en el seno de una humilde familia, en la pequeña localidad véneta de Canale D´Agordo el 17 de octubre de 1912. En su juventud tuvo problemas de salud. Murió en Roma en la noche del 28 al 29 de septiembre de 1978. Había sido elegido Papa en la tarde del 26 de agosto de 1976. Fue el primer Papa que tomó un nombre doble: Juan Pablo I.
El 7 de julio de 1935 fue ordenado sacerdote al servicio de la diócesis de Belluno. Sirvió como párroco rural, profesor de Religión, profesor y formador del seminario y en la curia diocesana, de donde fue vicario general y director de Catequesis. El 27 de diciembre de 1958, de manos del Papa Juan XXIII, fue ordenado obispo. Fue obispo de Vittorio Veneto de 1958 a 1969 y de 1969 a 1978, patriarca de Venecia. Participó en todo el Concilio Vaticano II. Fue creado cardenal por Pablo VI el 5 de marzo de 1973. Sobresalió por su humildad, sencillez, cercanía, austeridad, y sentido pastoral y catequético. Fue autor del delicioso libro de cartas “Ilustrísimos señores”.
Con Juan Pablo I en los altares, de los doce papas del último siglo y medio, son ya santos cuatro (Pío X, Juan XXIII, Pablo VI y Juan Pablo II) y dos beatos (Pío IX y Juan Pablo I). Además, Pío XII es venerable siervo de Dios, es decir, su beatificación está a la espera de un milagro atribuido a su intercesión. De estos doce papas de los últimos 150 años, viven dos: Benedicto XVI y Francisco, que es quien beatifica este domingo, 4 de septiembre en la Plaza de San Pedro de Roma a Juan Pablo I.
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