La solemnidad litúrgica de la Inmaculada Concepción de María, el día 8 de diciembre, tiene larga tradición en pueblos y ciudades españolas. La Inmaculada es, desde 1760, la patrona secundaria de España, tras el apóstol Santiago, además del patronazgo de la Virgen del Pilar. Por ello, la celebración de la Purísima, dicho en denominación de tradición popular, es fiesta mayor en las parroquias diocesanas, donde se suman otros motivos destacados.
Al menos, tres decenas de localidades diocesanas celebran de modo especialmente solemne y específico la fiesta de la Inmaculada por ser la advocación titular de la parroquia: Aldeanueva de Guadalajara, Alpedrete de la Sierra, Arroyo de Fraguas, Balbacil, Caspueñas, Cerezo de Mohernando, Cortes de Tajuña, Gárgoles de Abajo, Huertahernando, Iriépal, Irueste, Las Inviernas, Matillas, Montarrón, Morillejo, Olmedillas, Otilla, Pajares, Palancares, Somolinos, Tabladillo, Taracena, Torrecuadrada de Molina, Tortonda, Valdenoches, Valdesaz, Valfermoso de las Monjas y Viana de Jadraque.
Y otras ocho tienen ermita dedicada a la Inmaculada: Albares, Atanzón, Cillas, Gualda, Pastrana, Romancos, Valdeculbo y Villajero de Medina. Dos monasterios diocesanos están dedicados a este dogma mariano: las Concepcionistas Franciscanas de Guadalajara y de Pastrana, más otros dos, ya no existentes: Almonacid de Zorita y Budia. Por su parte, las ciudades de Guadalajara, Molina de Aragón (la localidad diocesana quizás más significativamente inmaculista) y Sigüenza tienen sendos monumentos conmemorativos.
Por fin, otras ocho localidades cuentan con otras vinculaciones inmaculistas de diverso significado. Ellas son Atienza, Cifuentes, Cincovillas, El Casar, Jadraque, Navalpotro, Riosalido y Viana de Jadraque. Y en Horche, hay gran fiesta en la noche del 7 al 8 de diciembre con los tradicionales saltos de las hogueras en honor de la Inmaculada.