Quedan atrás estos años de pandemia y mal tiempo que, cuando se pudo, obligaron a realizar el Vía Lucis dentro de los templos de San Juan de Ávila y de San Pedro Apóstol. A pesar de las circunstancias fueron muy entrañables. Nos llegaron al corazón y sentimos la comunión entre nosotros.
Este año, gracias a Dios, en una mañana espléndida, el pasado sábado 15 de abril, hemos podido llevar a las calles de Guadalajara la Buena Noticia de la Resurrección de Jesucristo, triunfador sobre la muerte, constituido Señor, ascendido al cielo, desde donde derrama sobre nosotros el Espíritu Santo.
Discurrió el Vía Lucis, entre las parroquias de Santa María Micaela, hasta la parroquia de María Auxiliadora, lugar de llegada, cuyos párrocos pronunciaron confortables palabras de envío y acogida.
Todos los grupos de la Coordinadora de Apostolado Seglar fueron realizando la estación que les correspondía, proclamando el evangelio, haciendo una breve reflexión y llevando a cabo un pequeño signo.
Entre estación y estación alegres canciones animaban el camino.
A resaltar, un grito sonó, desde alguna casa, en la novena estación: ¡ALELUYA HERMANOS!
Pues ¡ALELUYA!
Con gozo gritamos:
¡JESUCRISTO HA RESUCITADO!
¡VERDADERAMENTE HA RESUCITADO!