El pasado 15 de Mayo, festividad de San Isidro Labrador y día del Mundo Rural celebramos un Círculo de Silencio en la céntrica plaza del Jardinillo de Guadalajara. Centramos nuestra mirada en el mundo rural y sus problemáticas, dedicando un espacio a visibilizar que el trabajo agrícola y ganadero es la base de nuestra economía y totalmente imprescindible, aunque muchas veces sea olvidado y menospreciado, revindicando la justa remuneración de los productos que vienen del campo a sus productores.
Tuvimos presente la siniestralidad laboral en las actividades agrícolas, sector con cifras de accidentes laborales elevadas. Recordamos al trabajador de 39 años que recientemente perdió un brazo en un accidente en una granja de Fuentelahiguera de Albatages en nuestra provincia y a las temporeras fallecidas cuando iban a trabajar en autobús a los campos de fresas en Huelva.
Nos fijamos en la situación deteriorada del mundo rural: donde es frecuente la precariedad laboral, donde muchas veces los trabajos son realizados por personas en situación de vulnerabilidad, sin contrato y sin derechos, personas que realizan labores de cuidados, principalmente mujeres migrantes y a los que muchas veces no se les da de alta en la seguridad social o no tiene los descansos que les corresponden.
La falta de acceso a los servicios sociales, servicios sanitarios, de farmacia, transporte deficiente, etc.... Así como la escasa presencia de sindicatos que defiendan los derechos de las personas que trabajan en el entorno rural.
Toda esta realidad fue iluminada con frases del Magisterio social de la Iglesia.
Este Círculo de Silencio fue un grito de protesta y denuncia por el mundo rural en medio de la ciudad.
Recogiendo estos retos nos planteamos como poder responder personal y comunitariamente mediante el apoyo a las personas y organizaciones que buscan cómo mejorar nuestros pueblos con inversiones de desarrollo sostenible, creando puestos de trabajo y respetando los recursos autóctonos.