En 1966 la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el día 21 de marzo el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, un año más nos hemos reunido para conmemorar este día y erradicar actuaciones y comportamientos discriminatorios, y se leyó el manifiesto que Red Acoge ha emitido sobre este día.
“El Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial Convención (ICERD) sostiene que la discriminación racial es toda distinción, exclusión, restricción o preferencia basada en la raza, el color, la ascendencia y el origen nacional o étnico.
En esta definición, “distinción” se refiere a considerar a una persona como diferente en función de su “raza”, color de piel, etnicidad, ascendencia, lugar de nacimiento, religión o idioma (sobre la base de afirmaciones biológicas y culturales), justificando así derechos diferenciados desde un punto de vista estructural. Lo contrario de la distinción sería, pues, la igualdad, entendida como un estado y entendida, también, como un proceso.
Por otro lado, “exclusión” es la negación del acceso a y el disfrute de los derechos humanos. La Unión Europea adoptó el término “exclusión social” subrayando que es cuando las personas no pueden participar plenamente en la sociedad o contribuir a ella debido a la negación de sus derechos civiles, políticos, sociales, económicos y culturales. Es una combinación de problemas relacionados, como el desempleo, habilidades deficientes, bajos ingresos, vivienda precaria, mala salud y ruptura de la familia. La participación es una condición previa, así como un objetivo de los derechos humanos. Lo opuesto a la exclusión es la inclusión.
En cuanto a la “restricción”, este término implica una limitación, en la práctica, del disfrute de los derechos humanos. Su contraparte positiva es la igualdad de oportunidades.
En cuanto a la “preferencia” implica el privilegio de una persona sobre otra por razones de “raza”, color de piel, origen étnico, ascendencia, lugar de nacimiento, religión o idioma. Paralelamente, supone la desventaja de una persona comparada con otra. El opuesto positivo a esto es la igualdad de trato.
Ante todo esto es necesario combatir la discriminación racial, a nivel individual y colectivo, y debemos contribuir a la puesta en práctica de contrapartes positivas de estas cuatro dimensiones.
Contrarrestar la discriminación significa, por lo tanto, aumentar la igualdad, la inclusión, la igualdad de oportunidades y/o la igualdad de trato.
Es necesario la construcción de una amplia red de agentes sociales que intervengan contra el racismo y el discurso de odio teniendo como fin promover la igualdad y la inclusión de todos los grupos étnicos y nacionales en la sociedad mediante la prevención y eliminación de cualquier distinción efectuada y difundida por las ideologías antidemocráticas y racistas.
Es recomendable establecer un proceso de diálogo ciudadano acerca de la tolerancia y el respeto a la diversidad; de este modo se discutirá el mejor modo de lograr una convivencia respetuosa en nuestra comunidad y se llegará a un consenso sobre lo que se entiende por tolerancia y también sobre aquello que no es tolerable. Así, por ejemplo, el derecho a la libre expresión tiene sus límites en la responsabilidad de respetar los derechos de los demás.