Este pasado 18 y 19 de mayo hemos vivido de nuevo la fuerza de la celebración de Pentecostés.
La vigilia la vivimos en el marco especial y encantador del claustro de las Adoratrices, fue un momento especial, donde sentir el lema de esta jornada de Pentecostés: “Laicos por vocación llamados a la misión”. Una llamada que sentimos en nuestro interior y en comunión.
El domingo vivimos también el gran concierto de Nico Montero y su banda, que tras la lluvia, pudimos disfrutar. Un concierto donde nos mostró la fuerza del Espíritu cuando alguien está enamorado de Dios, poniendo a disposición de todos nosotros los carismas, los dones recibidos por el Espíritu.