UNA “LLAMADA” QUE CAMBIA VIDAS
El 10 de noviembre se celebra el Día de la Iglesia Diocesana con el deseo de descubrir y responder a esa llamada transformadora
La Iglesia en Sigüenza-Guadalajara celebra el próximo domingo 10 de noviembre el Día de la Iglesia Diocesana con el lema, con un marcado tinte vocacional, Una “llamada” que cambia vidas. Con este motivo, el obispo diocesano, Julián Ruiz, ha comparecido en rueda de prensa para explicar el lema y los objetivos de esta jornada en la que, además se ha presentado la memoria anual y el balance económico.
Tanto el obispo como el ecónomo diocesano, Miguel Ángel Calvo, han agradecido públicamente el esfuerzo de todos los que, de una u otra forma, participan en la vida de la Iglesia con su tiempo, sus cualidades, la oración y el apoyo económico. El agradecimiento se concreta, especialmente, según palabras del prelado, a “muchas personas que contribuyen con abnegación y sacrificio”.
Memoria anual
Esta jornada sirve para presentar los datos de la actividad celebrativa, pastoral, educativa, misionera, cultural, caritativa y asistencial de la diócesis en 2023. Así lo manifiesta el obispo en la carta que dirige con este motivo a los diocesanos destacando que “la actividad eclesial se desarrolla en distintos ámbitos: parroquias, comunidades religiosas, asociaciones, cofradías, hermandades y grupos”.
Cabe destacar, en lo que a actividad celebrativa se refiere, que en la diócesis en el pasado año se celebraron 1.028 bautizos, 567 confirmaciones, 1.230 primeras comuniones y 282 matrimonios, asistidos por los sacerdotes, religiosos y catequistas que trabajan en la diócesis, de una forma especial en las 469 parroquias y en la catedral de Sigüenza.
Cerca de ocho mil alumnos estudian en los centros católicos y, como en otras ocasiones, cabe destacar el esfuerzo de las distintas comunidades, del propio obispado y de distintas instituciones que han colaborado en los 58 proyectos de restauración en bienes muebles e inmuebles de la diócesis.
Como siempre, la actividad caritativa y asistencial destaca por la inversión realizada y por las personas atendidas, 56.752 durante el año pasado, que han sido ayudadas por la diócesis desde Cáritas, organizaciones católicas y Manos Unidas, en las distintas parroquias o en proyectos de cooperación al desarrollo. Además, mayores, enfermos crónicos, personas con discapacidad, emigrantes, refugiados, familias, hombres y mujeres, muchos de ellos en paro, son atendidos por los 472 voluntarios que entregan su tiempo para ayudar a los demás.
Balance económico
Para todo ello, como bien dice el obispo “son imprescindibles los recursos económicos”. La Iglesia cuenta con sus propios ingresos que son los que los cristianos, y otras personas que confían en su gestión, aportan generosamente. Aparte de estas aportaciones puede recibir ayudas o subvenciones para proyectos concretos, los ya referidos para la rehabilitación del patrimonio y para obras asistenciales. El presupuesto diocesano asciende a cerca de diecinueve millones y medio de euros.
El obispado, además, genera en muchos de sus proyectos y actividades puestos de trabajo y está comprometido con la inserción laboral en sus centros de promoción. Recibe también la parte correspondiente, según un reparto equitativo que distribuya la Conferencia Episcopal del Fondo Común Iterdiocesano, lo que la Iglesia española percibe gracias a lo que los contribuyentes determinan, marcando la equis en la declaración de la renta cada año, por la que se destina un 0,7 % de su cuota íntegra del IRPF.
Por todo ello, con el convencimiento de que la misión merece la pena, se celebra esta jornada, que en este año nos pide mirar a nuestro interior “para encontrar la plenitud” y reconocer que todos estos datos tienen que ser para todos motivo de gratitud y alegría.