Con el rango mayor de las fiestas cristianas, la solemnidad de Todos los Santos cuenta un milenio de popular y honda tradición en la vida de la Iglesia. En este día de Todos los Santos, 1 de noviembre, parroquias y comunidades celebran a cuantos cristianos gozan ya de la visión de Dios en la morada del cielo, hayan sido o no declarados santos o beatos por la Iglesia.
El día de Todos los Santos es, de este modo, el día de los santos anónimos, tantos de ellos miembros de nuestras familias, lugares y comunidades. El día de Todos los Santos es igualmente una oportunidad para recordar la llamada a la santidad presente en todos los cristianos desde el bautismo. Y también el día de Todos los Santos revela que la vida humana no termina con la muerte, sino que se abre a la luminosa vida de eternidad con Dios. De ahí, que la celebración de los Santos se asocie al día de los Fieles Difuntos, el 2 de noviembre.
















