En el día de la Santísima Trinidad, la Iglesia católica en España celebra, además, la jornada pastoral de la Vida Contemplativa, el Día Pro Orántibus. Se trata de una ya veterana jornada eclesial dedicada a los monjes y monjas de clausura, para dar gracias y para rezar y colaborar por y con ellos y con y por ellas.

“La vida contemplativa, cerca de Dios y del dolor del mundo” es la frase elegida como lema para esta jornada eclesial de hoy del Día Pro Orántibus, de la jornada de la vida consagrada contemplativa. En toda España, hay en torno a nueve mil monjes y monjas; y en nuestra diócesis, ya menos de un centenar de contemplativas.

Diez son los monasterios contemplativos que hay en la diócesis. De Benedictinas, en Valfermoso de las Monjas; de Clarisas, en Sigüenza; de Carmelitas Descalzas, en Iriépal y en Guadalajara; de Cistercienses, en Buenafuente del Sistal y en Brihuega; de Ursulinas, en Sigüenza; de Concepcionistas Franciscanas, en Guadalajara y Pastrana; y de Jerónimas, en Yunquera de Henares. 

Las Concepcionistas de Pastrana y las Concepcionistas de Guadalajara son los dos monasterios diocesanos con menor número de monjas. El monasterio más antiguo es el de las Benedictinas de Valfermoso de las Monjas, fundado en 1186. El monasterio de San Juan Bautista de Valfermoso de las Monjas es también el más numeroso, seguido de las Carmelitas de Guadalajara y las Clarisas de Sigüenza.

Los miembros del consejo de dirección del Sínodo tuvieron un encuentro el pasado lunes, 24 de mayo, para evaluar el camino recorrido hasta ahora, revisando las actividades realizadas en este tiempo desde que se convocó, y para reflexionar sobre el futuro del proceso sinodal.

Como trasfondo en las deliberaciones, como no podría ser de otra forma, estuvo el hecho de la pandemia y sus secuelas a todos los niveles. Además el obispo diocesano, Atilano Rodríguez, que presidió la reunión, dio lectura a la carta que todos los obispos han recibido para una próxima reflexión sobre esta misma temática sinodal, que el papa Francisco quiere que se haga en todas las diócesis del mundo.

El debate sobre el futuro de los grupos sinodales fue fructífero, llegando a la conclusión de que, junto con los temas propios del sínodo diocesano, todo el Pueblo de Dios tendrá que reflexionar sobre las propuestas que emanen del organismo competente de la Santa Sede, para ese trabajo a llevar a cabo en toda la Iglesia.

El próximo sábado, 19 de junio, habrá un encuentro virtual de los grupos sinodales de toda la diócesis, que será el colofón del curso pastoral.

De acuerdo con el programa trazado, mons. Luis Argüello García, secretario general de la Conferencia Episcopal, culmina este sábado el ciclo de conferencias que ha ofrecido la plataforma “Libres para educar a nuestros hijos” durante este curso. El tema que cierra el programa educativo de charlas con coloquio es, precisamente, ‘¿Somos libres para educar a nuestros hijos?’. Como el resto de los meses, el encuentro se realiza a través de Zoom, previa inscripción para obtener la clave de conexión, el sábado 29 a las 21:00 horas. Una vez más la Delegación Diocesana de Familia y Vida está difundiendo y animando a participar en la cita.

Se ha celebrado el pasado lunes 17 de Mayo un nuevo círculo de silencio en el aparcamiento de la Casa Nazaret de Guadalajara.

En esta ocasión el Círculo de silencio tenía como lema “cuidar la vida en el trabajo” aprovechando que el pasado 1 de Mayo se celebraba la Fiesta del Trabajo. Tuvimos en el centro del círculo algunos objetos que nos hacían referencia al mundo del trabajo: un casco, un chaleco amarillo, un ladrillo, unos guantes, un cuaderno y un boli… Estos objetos nos ayudaron a centrar nuestra atención en las condiciones en las que se realiza el trabajo y las circunstancias de las personas que lo desempeñan.

Silencio que era palpable y que de vez en cuando se interrumpía por unos sonidos de fondo que a modo de “hilo musical” nos acompañaba muy acertadamente sin que nosotros lo hubiéramos preparado: el ruido de un martilleo, el ruido al soldar piezas metálicas en la obra que se está realizando en los exteriores de Casa Nazaret. Este improvisado fondo musical fue un añadido al círculo de silencio muy significativo que nos ayudó a pensar en las personas que en ese mismo momento estaban trabajando subidas a una estructura de escalera que están construyendo.

También nos ayudó en la reflexión sentir el calor intenso que esa mañana cerca de mediodía hacía; caíamos en la cuenta de que trabajar al aire libre y soportar las inclemencias del tiempo es los que muchos hermanos nuestros sufren todos los días en su jornada laboral.

Silencio que al finalizar rompimos leyendo las frases que portábamos los participantes, éstas son algunas: “trabajar en el campo entre fertilizantes y sin protección, vulnera mi salud”, “trabajar sin contrato nos pone en riesgo”, “que el lugar de trabajo sea un lugar seguro donde se cuide siempre la vida del trabajador”, “denunciamos las causas que están detrás de los accidentes laborales: la falta de control en las medidas de seguridad, la escasa formación, el empleo precario o la economía sumergida”.

La última frase que resonó es del Papa Francisco: “…una vez más dirijo un apremiante llamamiento para que no prevalezca la lógica del provecho, sino la de la solidaridad y la justicia. ¡En el centro de toda cuestión, también la laboral, haya que colocar siempre a la persona y su dignidad! ¡Con el trabajo no se juega! (Roma, 3 de septiembre de 2014).

Agradecimos una vez más este pequeño momento de reflexión y silencio que nos permite pararnos y “escuchar” en medio del silencio la vida de las personas.