Alfonso Olmos
(Director de la Oficina de Información)
En unos días vamos a celebrar la campaña anual que Manos Unidas lleva a cabo para intentar erradicar el hambre en el mundo. Un trabajo iniciado hace casi seis décadas en el que muchas personas, principalmente mujeres cristianas, dedican su tiempo, su ilusión y podríamos decir que también su vida, en esta encomiable labor.
Es escalofriante escuchar que más de 800 millones de personas pasan hambre en el mundo, es decir que una de cada nueve personas que habitan este planeta tiene precariedad alimentaria. También llama la atención que, además, muchas de estas personas habiten en lo que hemos denominado comúnmente primer mundo. En los países desarrollados en torno al 10% de la población padecen desnutrición.
No quiero abundar en datos que muchos ya conocen sobre las causas de la pobreza. Creo que lo importante en estos días, es concienciarse de que entre todos es posible acabar con esta lacra, que es un estigma de nuestra sociedad contemporánea tan aparentemente desarrollada y tecnificada.
Plántale cara al hambre es el lema genérico de la campaña trienal que este año inicia la organización católica Manos Unidas. Durante los próximos ejercicios se reflexionará sobre tres aspectos: sembrar, recoger y compartir. Invertir en el inicio de la cadena alimentaria es fundamental: proporcionar semillas y herramientas para trabajarlas, procurar tierra para que fecunde la simiente, ayudar a gestionar la utilización del agua, facilitar la investigación agrícola y proveer de las infraestructuras necesarias, serán los primeros pasos a dar.
Por todo esto Manos Unidas quiere este año llamar la atención de todos nosotros en la importancia de sembrar. Sembrar es dedicar esfuerzo y tiempo, sembrar es concienciarse, sembrar también es ayunar y ser solidarios con nuestra pequeña aportación económica. Porque todo esto ayuda, en el lugar del mundo que sea, a que muchos puedan tener acceso a los alimentos básicos necesarios, que aportan el equilibrio y la nutrición oportuna para la vida de las personas. Pero eso será la segunda parte del proceso.