La oración de columpio

Por Ana I. Gil Valdeolivas

(Delegación de Apostolado Seglar)

 

Este pasado fin de semana, desde la delegación de apostolado seglar realizamos un retiro ecológico, o un retiro en la naturaleza, comenzamos el viernes desde La Muela, un pico desde donde contemplar, el rostro de la belleza de Dios, si, así es como el Papa Benedicto definía la naturaleza, y desde ahí, partimos a Valdesotos, a continuar nuestro camino espiritual.

Orar en la noche, bajo las estrellas, despertando todos los sentidos, cierra los ojos, imagina, el soplo del viento, el transcurrir del agua por el curso del río, el frescor de la noche, el olor de las plantas… la paz de Dios en cada momento, su caricia, aprendiendo a ver, a escuchar en la noche, interiorizando el salmo 27 “El Señor es mi luz y mi salvación…”

El Señor comenzaba a balancear mi columpio, el columpio de mi vida, si, por la mañana comenzábamos con una oración, en un columpio donde sentir que es ser mecido, sostenido, donde sentir si me fio de quien me mece, sin miedos, sin cobardías, cuando me preguntan por una frase del evangelio digo aquella que decía S. Pablo, “sé de quién me he fiado”, ¿pero me fio realmente del Señor?, confío, dudo, verdaderamente sentirme mecida por el Señor, me hizo sentirme bien, contenta, con esperanza en el otro, pues Dios nos pone siempre las personas adecuadas para ir avanzando en nuestro caminar, tenemos que saber descubrir esos signos y testigos del Señor, también, pude experimentar que es mecer a otro, sentir que para Dios eres un instrumento en sus manos donde hacer que el otro se haga fuerte, pierda miedos, confíe no en ti o en mí sino en Dios, y descubrir que Dios no tiene prisa, pero y yo ¿la tengo?, de ahí la necesidad de parar, buscar la paz, la tranquilidad, el silencio y dejar que Dios nos hable, me hable a mi interior.

Entrar en mi misma, en las entrañas, y dejarme hacer por el Señor. Vivimos,  en una sociedad donde nos paramos poco a pensar y dialogar con el Señor. La escucha compromete. Hubo una pregunta en el transcurrir del día, que aun le doy vueltas ¿te has sentido extraña de ti mismo?, y aún estoy buscando respuestas.

Como decía San Alfonso Mª de Ligorio, todas las personas de oración, aman el silencio, y fue, perdida por la naturaleza donde sentí y escuché respuestas, como el salmo 139, “Tu me sondeas y me conoces…”o con el salmo nº 8 sintiendo que el hombre es el predilecto del Señor, “coronados de gloria y dignidad”, también en la carta de San Pablo a los Corintios decía: “ solo el Espíritu penetra las profundidades…”¿ dejo que me invada , me dejo conocer por Dios?. Ahora estoy de pos-retiro, intentando seguir descubriendo en mi interior lo que Dios en este verano me tiene que comunicar, dejando que me hable y estando a la escucha.

En este retiro, hemos celebrado, compartido, vivido lo que el papa les dice a los jóvenes en Polonia, a Cristo VIVO entre nosotros, a nosotros en la naturaleza, a otros en Polonia, en nuestro día a día, no tengamos miedo Dios nos dio el mejor regalo, el mejor DON nos dio a  su hijo.

Dejemos que Jesús siga tocando nuestro corazón, y hará maravillas en nuestras vidas.

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