Por Juan José Plaza
(Delegación de Misiones)
Para mí es un honor ceder, en esta ocasión, el espacio de Opinión de la Delegación diocesana de Misiones, a Ivanildo, misionero javeriano brasileño, que tuvo por párroco a nuestro hermano difunto Práxedes en Abaetetuba.
Al final de la misa, que se ofreció por su eterno descanso en la concatedral de Santa María de Guadalajara, el 16 de Febrero, dio un testimonio, que creo oportuno conozcáis quienes tenéis la sana costumbre de navegar por la página Web diocesana y no tuvisteis la oportunidad de escucharlo directamente de su boca.
Éste fue su testimonio:
“La comunidad Cristiana de Abaetetuba, PA, Brasil, llora la pérdida de nuestro hermano y misionario padre Práxedes Santos García. Yo lo conocí en 2001 en un encuentro. Él acompañaba a un grupo de catequistas de su parroquia. Les llevaba y después iba a recogerlos y así durante una semana y me encantaba ver la atención, cuidado y cariño con que los trataba.
Práxedes era estimando por todos, desde los niños hasta los ancianos. Yo admiraba mucho la perseverancia y el cuidado con que hacía las cosas. Él en todo lo que hacía conseguía implicar a todos en la participación, sobre todo, a los jóvenes.
Él siempre hablaba con mucha alegría y entusiasmo del evangelio de JesúsCristo. Hacía que nos enamorásemos de la Palabra de Dios. En particular, él fue para mí un ejemplo de Sacerdote, de misionero, de pastor y de amigo. Fue una inspiración, un estímulo en mi vocación. Práxedes siempre que podía, iba a visitar a mi familia, conocía por nombre a cada uno de mis sobrinos, que no eran pocos.
Él, fue un testimonio para toda nuestra Iglesia de la Amazonia, para el clero, para la juventud, para todas las personas que le conocieron. Su manera de ser: abierta, hospitalaria, solidaria, cercana, trabajadora, sonriente y enamorado de su misión cautivaba a todos a su alrededor.
Práxedes era una persona volcada con los pobres y con los excluidos de la sociedad. Una persona preocupada por la formación de los laicos. Un verdadero pastor, siempre pronto a ayudar a quien lo necesitaba. Un hombre de Dios, que consiguió con su testimonio de fe y de humildad transmitir el mensaje de Jesús, que él tanto amaba, a nuestros corazones.
Por lo tanto, el padre Práxedes, nos deja la certeza que consumirse hasta el último respiro por los demás es el mejor regalo que una persona puede dejar a las personas que tanto amó.
Muchas Gracias! Muito obrigado! Reza por nosotros que no te olvidamos y sabes cuánto lo necesitamos.
Ivanildo de Sousa Quaresma, (misionero javerianos brasileño)